Agricultores de cebolla en Oaxaca enfrentan diversos desafíos
Redacción Oaxaca Político / NVI Noticias.- Como hombres de trabajo, ni Manuel ni su padre Armando acostumbran quejarse. Si necesitan asumir una actitud ante las lluvias constantes de las semanas pasadas es gratitud, una que no tienen hacia las autoridades que siempre los han dejado a la suerte del temporal.
“Hace 15 días terminamos de cosechar, pero se llevó un cuidado más minucioso por el temporal que trajo más lluvia”, relata Manuel mientras por unos minutos acepta dejar en pausa la siembra de los almácigos de cebolla.
Su padre Armando no deja de caminar entre los surcos llenos del agua que vierte una ancha manguera verde.
Con los pies descalzos, un pants arremangados que deja al descubierto sus pantorrillas, una camisa vieja y un sombrero enorme que le cubre de los rayos del sol, Armando hunde los plantines de cebolla en la tierra húmeda.
Donde cosecharon fue en la parcela de enfrente y es Manuel quien hace el balance de lo logrado, con un 20 por ciento de pérdidas y un 80 por ciento de producto que lograron vender.
La incertidumbre
Si a veces se pierde o se gana más que en comparación con el ciclo pasado, “depende de cómo viene el tiempo y a veces la calidad de la semilla”, reconoce Manuel.
Antes de cosechar, describe, debieron aplicar al cultivo de cebolla “más fertilizantes”, lo que elevó hasta en un 40 por ciento el costo de producción, aunque por ganancias no se queja.
“La vendemos por rollos, uno tiene alrededor de 50 cebollines y esta vez se cotizó un poquito más porque, si se le ganó un poco”, dice sin hablar de números en concreto.
Por ahora, considera Manuel, no hay un resultado claro de las lluvias que recién pasaron, “lo único es que a los pozos no se ha extraído el agua, se les ha dejado descansar, pero apenas vamos a ver cuánto ayudaron las lluvias”.
La cebolla que recién siembran estará lista para enero de 2025, pero en otros diez surcos otra cebolla ya crece para estar lista antes de que termine el año, pues su producción la hacen escalonada, más no utilizan el mismo cultivo siempre.
Si Armando habla del campo se refiere a un ser viviente y utiliza la alegoría de la alimentación de una persona para explicar que no puede sembrar lo mismo.
Rotación
Cuando habla de la rotación de cultivos, Armando se refiere al campo como un ser viviente y utiliza la alegoría de la alimentación de una persona para explicar que no puede sembrar lo mismo.
“La tierra siente, tiene vida, se enfada con una sola planta”, dice antes de recordar que la falta de lluvias llevó a elevar el precio de hortalizas como el cilantro, porque las tierras tan productivas de este municipio “se murieron”.
Eso lo entiende Armando porque “las cosechas también tienen su clima, nosotros tuvimos ya dos tantos de cebolla, pero ya se viene acercando el frío y a la misma cosecha ya le va costando lograrse”.
Aunque para definir la distancia que debe haber entre un almácigo y otro de cebolla que entierra en el surco Armando debería utilizar un aro de metal unido a un palo conocido como raspador, sus manos lo hacen “al puro tanteo”, con esa combinación de “mentalidad y ojo”.
Lo que sí, Armando tiene claro que las siembras ya no se dan como cuando él empezó a cultivar a la edad de los 18 años: “ningún cultivo se logra sin fertilizantes”.
Si las autoridades agrícolas tienen interés o no de ayudarles a mejorar, sólo lo ve como una burla y prefiere olvidarse de esos “grandiosos apoyos” y mejor tener la libertad de trabajar a su manera.
San Antonino Castillo Velasco es un municipio que se ubica a 34 kilómetros de la ciudad de Oaxaca y el cual proveé de flores en esta temporada de muertos, pero a lo largo del año aporta rábano, lechugas, chile de agua y distintas hortalizas y verduras que se comercializan en el mercado local.
Haya buen temporal o no, Armando ni su hijo Manuel vislumbran dejar de sembrar, porque aquí es la actividad productiva que mueve a la economía.
“Es un trabajo muy pesado, pero echándole ganas y sabiendo trabajar el campo, sí deja, muchas veces nos quejamos diciendo que no deja lo suficiente económicamente, pero sí deja”, reconoce sin dudas Manuel.
GPP