En medio de una de las peores crisis en la historia del Partido Revolucionario Institucional (PRI), su actual dirigente nacional, Alejandro «Alito» Moreno Cárdenas, está moviendo las piezas necesarias para consolidar su liderazgo y extenderlo hasta el 2032. La reforma a los estatutos del partido, que será votada en la Asamblea Nacional del próximo 7 de julio, ha generado una ola de críticas y resistencia entre figuras destacadas del partido.
La propuesta de reforma estatutaria permitiría a Moreno y a la secretaria general, Carolina Viggiano, reelegirse hasta por tres periodos consecutivos de cuatro años cada uno. Esto implicaría que Moreno podría mantenerse al frente del PRI durante ocho años más, sumando un total de 12 años en el poder.
Según el diario La Jornada, la modificación del artículo 178 de los estatutos también otorgaría al presidente del partido la facultad de designar o remover a los coordinadores parlamentarios en el Congreso, una función que hasta ahora ha sido prerrogativa de los propios legisladores.
La exlíder nacional del PRI, Dulce María Sauri, ha sido una de las voces más críticas respecto a esta reforma. El 28 de junio, Sauri declaró que Moreno busca un «control absoluto» en las asambleas del partido y acusó que la convocatoria para la Asamblea Nacional del 7 de julio se hizo «a modo» para facilitar su reelección.
«Hay una sospecha que se vuelve realidad con una reforma a los estatutos que le da la posibilidad de reelegirse», afirmó Sauri en una entrevista con El Financiero. También señaló que Moreno Cárdenas se ha autoexpedido «una especie de cheque en blanco en el partido para reelegirse como presidente».
Un Partido Dividido
La oposición interna a la reforma no se ha hecho esperar. Más de 250 priistas, entre ellos exdirigentes nacionales, exgobernadores y militantes, firmaron un desplegado exigiendo la renuncia de «Alito» Moreno y el respeto al principio de “no reelección de la dirigencia”. Entre los firmantes se encuentran figuras como Enrique Ochoa, Pedro Joaquín Coldwell, Francisco Labastida y Enrique de la Madrid.
Este grupo de priistas ha señalado los errores de la actual dirigencia y manifestaron su preocupación sobre el objetivo de la Asamblea Nacional. Piden que se proceda a la «indispensable separación de la dirigencia» y que se designe una presidencia interina para conducir los trabajos de renovación de los órganos de dirección del partido.
La Asamblea Nacional
Los acuerdos de estas modificaciones se habrían gestado durante las cuatro Mesas Nacionales Temáticas de la Asamblea Nacional del PRI, realizadas el 3 de julio. Estas mesas fueron presididas por los diputados Rubén Moreira, Marcela Guerra, Gaspar Quintal y Yolanda de la Torre.
La reforma estatutaria también incluye cambios para los Comités Municipales y de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México (CDMX), estableciendo que estos durarán tres años en su función y podrán ser reelectos hasta por dos periodos consecutivos.
El próximo 7 de julio será crucial para el futuro del PRI. La Asamblea Nacional decidirá si aprueba o no la reforma que podría mantener a Alejandro Moreno al frente del partido hasta 2032. En medio de un panorama político complejo y con una base militante dividida, la decisión de la Asamblea podría definir el rumbo del PRI para los próximos años.
