El 8 de octubre de 2024, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó su Estrategia Nacional de Seguridad, destinada a combatir la violencia y reducir los delitos en México.
La nueva política, basada en cuatro ejes fundamentales —atención a las causas, consolidación de la Guardia Nacional, fortalecimiento de inteligencia e investigación, y coordinación entre las entidades de seguridad— ha generado reacciones tanto en apoyo como en rechazo.
Una de las voces más críticas ha sido la de la periodista Anabel Hernández, quien considera que esta estrategia es una copia de la política de seguridad de Andrés Manuel López Obrador.
Críticas a la estrategia de Sheinbaum
A través de su podcast Narcosistema, Anabel Hernández manifestó su descontento con la propuesta de Sheinbaum, calificándola como una continuación de la política de «abrazos, no balazos», implementada por el expresidente López Obrador.
Según Hernández, el gobierno de Sheinbaum no está tomando en serio el problema de la delincuencia organizada, lo que representa un «grave error histórico».
“La presidenta nos quiere recetar la misma medicina que su antecesor. Mientras la gente en Chiapas, Sinaloa, Baja California, Guerrero y Michoacán muere a manos del crimen organizado, secuestrada o explotada sexualmente, la presidenta dice que no habrá guerra contra el crimen”, comentó Hernández, en una crítica directa a la política de no confrontación armada del gobierno actual.
«Una visión clasista»
La periodista también cuestionó el enfoque del gobierno en lo que respecta a la atención de las causas de la violencia, señalando que es una estrategia equivocada y clasista. Según Hernández, esta política implica que solo la pobreza es responsable de la criminalidad, una idea que considera errónea.
«Cuando hablan de atención a las causas, están diciendo que solo los pobres cometen delitos, lo cual es falso. No se puede decir que personajes como ‘El Mayo’ Zambada o ‘El Chapo’ Guzmán trafican drogas porque tienen hambre. Hay un sistema que los favorece, no es simplemente pobreza», expresó, desestimando la efectividad de este enfoque en la lucha contra la criminalidad.
Eficacia de la Guardia Nacional y la inteligencia
Otro de los puntos clave de la estrategia de seguridad de Sheinbaum es el fortalecimiento de la Guardia Nacional, una medida que Hernández considera ineficaz. «La Guardia Nacional ya ha estado en los estados más violentos, y ¿qué ha pasado? Las organizaciones criminales siguen operando, como si nada», argumentó.
En cuanto al fortalecimiento de la inteligencia e investigación, la periodista mostró escepticismo y afirmó que estos esfuerzos serán en vano si no hay voluntad política para encarcelar a los criminales. “La inteligencia no sirve si no se actúa con legalidad. Sin paz no hay legalidad”, añadió.
Cuestionamientos a García Harfuch
Hernández también criticó la designación de Omar García Harfuch, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, como responsable de la implementación de la estrategia. Lo calificó como un «policía corrupto» y señaló que, según sus exámenes de confianza, su capacidad intelectual estaba «por debajo de lo normal».
Para Hernández, la elección de García Harfuch es un grave error, ya que considera que su historial no lo convierte en una figura confiable para encabezar una lucha efectiva contra el crimen organizado.
La visión de Hernández para una estrategia de seguridad
En su análisis, Anabel Hernández propone que la estrategia de seguridad debería centrarse en desmantelar las finanzas de las organizaciones criminales, incautar sus bienes y atacar sus fuentes de ingresos. «Si yo como periodista he logrado descubrir sus redes, ¿cómo no podría hacerlo el Estado con todos sus recursos? La cuestión es que no quieren hacerlo», argumentó.
Hernández insistió en que la lucha contra el crimen organizado debe ser multidisciplinaria y que se debe atacar de raíz las estructuras financieras que permiten a los cárteles operar, comprar armas y pagar sobornos. «Solo así podremos reducir la violencia y controlar el crimen en el país», concluyó.