Antiguos virus latentes encontrados en el permafrost, una vez revividos, pueden infectar amebas

Un equipo de climatólogos de Francia, Rusia y Alemania descubrió que los virus antiguos que permanecieron inactivos durante decenas de miles de años en el permafrost pueden infectar a las amebas modernas cuando reviven. Para su estudio, informado en el sitio de acceso abierto Viruses, el grupo recolectó varios especímenes de virus gigantes del permafrost en Siberia y los probó para ver si aún podían infectar a las criaturas modernas.

Investigaciones anteriores han demostrado que el permafrost (suelo congelado) es un excelente conservante. Muchos cadáveres congelados de animales extintos se han extraído del permafrost en el hemisferio norte. Investigaciones anteriores también han demostrado que las semillas de plantas que permanecen inactivas en el permafrost pueden ser inducidas a crecer una vez revividas. Y hay evidencia que sugiere que los virus y bacterias atrapados en el permafrost podrían infectar a los huéspedes si reviven. En este nuevo esfuerzo, los investigadores probaron esta teoría.

El esfuerzo del equipo de investigación siguió al trabajo anterior en 2014 que mostró que un virus de 30,000 años de antigüedad podría revivir y que podría ser infeccioso. El equipo siguió con ese esfuerzo reviviendo un virus diferente en 2015 y permitiéndole infectar una ameba. En este nuevo esfuerzo, el equipo recolectó varias muestras de virus de múltiples sitios de permafrost en Siberia para realizar pruebas de laboratorio.

Por razones de seguridad, el equipo de investigación recolecta solo los llamados virus gigantes y solo aquellos que pueden infectar a la ameba, no a los humanos ni a ninguna otra criatura. Al revivir las muestras de virus, el equipo descubrió que todavía eran capaces de infectar amebas. También encontraron, a través de la datación por radiocarbono del permafrost en el que se encontraron, que los virus habían estado en estado latente durante entre 27.000 y 48.500 años.

Los investigadores sugieren que sus hallazgos apuntan a un problema mucho mayor: a medida que el planeta se calienta y el permafrost se derrite, existe la posibilidad de que surjan virus que sean capaces de infectar a los humanos. Tal amenaza no es ciencia ficción, señalan: investigadores anteriores encontraron virus de influenza en una muestra de pulmón de una mujer que había muerto en Alaska durante la pandemia de gripe de 1918. Y otro equipo encontró un virus relacionado con la viruela en una mujer momificada encontrada en Siberia: había estado allí durante 300 años.

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