Biden ofrece disculpas por el dolor infligido a niños nativos americanos

En un acto histórico, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se disculpó oficialmente por las atrocidades cometidas contra miles de niños nativos americanos en un discurso conmovedor en la comunidad indígena Gila River, en Laveen Village, Arizona. «Formalmente me disculpo, como presidente de los Estados Unidos, por lo que hicimos», afirmó, refiriéndose a uno de los «capítulos más oscuros» de la historia del país.

Desde principios de los años 1800 hasta la década de 1970, Estados Unidos administró cientos de internados donde los niños nativos eran forzados a abandonar su cultura, religión y lengua. Estos centros, a menudo dirigidos por organizaciones religiosas, se enfocaban en la «adaptación» de los menores a la cultura euroamericana. «Esos internados son un pecado en nuestras almas», destacó Biden, subrayando el sufrimiento infligido en nombre del Estado.

Un reciente informe gubernamental reveló la existencia de abusos psicológicos, físicos y sexuales en estas instituciones, así como la muerte de al menos mil menores. Biden reconoció que «ninguna disculpa puede o podrá compensar lo que se perdió durante la más oscura política de internados federales», pero afirmó que «hoy finalmente avanzamos hacia la luz».

Acompañado por Deb Haaland, la primera secretaria de Interior nativa americana, Biden enfatizó que las autoridades federales «fracasaron en aniquilar nuestras lenguas, nuestras tradiciones, nuestros modos de vida». Haaland recordó que, a pesar del sufrimiento, «seguimos aquí», reafirmando la resiliencia de las comunidades nativas.

Más de 400 escuelas registradas a lo largo de 150 años operaron en 37 estados y territorios de EE. UU., dejando una huella profunda en la cultura indígena. En su administración, Biden ha impulsado inversiones significativas en comunidades nativas para promover su autonomía y proteger lugares sagrados.

La disculpa de la administración estadounidense se alinea con los esfuerzos internacionales por reconocer y sanar las heridas causadas a las poblaciones indígenas, siguiendo el ejemplo de Canadá, donde se han hecho declaraciones similares sobre los internados.