¿Cómo puede Suiza gravar los coches eléctricos sin frenar la transición a la electromovilidad?
Quien conduce hoy un coche eléctrico por las carreteras suizas viaja por poco dinero. Ya sea que conduzcan un vehículo de minimovilidad, una limusina o un SUV, sus autos totalmente eléctricos funcionan con electricidad y no están sujetos al impuesto sobre el aceite mineral.
Por el contrario, los conductores de vehículos de gasolina y diésel pagan un impuesto de poco menos de 80 céntimos por litro al repostar el depósito. El impuesto sobre los hidrocarburos genera más de cuatro mil millones de francos suizos al año, la mayor parte de los cuales se destina a la construcción y el mantenimiento de las carreteras del país.
La electrificación del transporte por carretera es un elemento clave de la política climática del gobierno suizo. Sin embargo, el creciente número de coches eléctricos está provocando una disminución de los ingresos procedentes del impuesto al petróleo. Para cubrir el inminente déficit de financiación en infraestructuras viarias, el Consejo Federal planea introducir un impuesto de sustitución para los coches eléctricos y otros sistemas de propulsión alternativos a partir de 2030.
Financiar carreteras versus promover la electromovilidad
Esto plantea al gobierno federal el dilema de tener que gravar la electromovilidad para cubrir el déficit de financiación en infraestructura de transporte. Sin embargo, esto podría reducir el incentivo de la gente para comprar coches eléctricos y ralentizar la transición a la electromovilidad. Si la electrificación del transporte por carretera se desacelera demasiado, podría poner en peligro el logro del objetivo neto cero del gobierno suizo.
En pocas palabras, la cuestión es encontrar la mejor manera de gravar los coches eléctricos sin frenar la transición a la electromovilidad. Dado el esperado referéndum sobre este tema, es valioso saber cuál es la posición de la población suiza ante el dilema esbozado anteriormente.
Como parte del Panel Suizo de Movilidad, analizamos la aceptación política de un impuesto de reemplazo sobre los automóviles eléctricos en una muestra representativa de la población residente en Suiza realizada mediante experimentos de encuesta. Nuestro breve informe titulado Nuevo impuesto sobre los coches eléctricos (en alemán) resume los resultados.
¿A cuánto ascendería el nuevo impuesto?
Aún no conocemos el contenido exacto de la legislación propuesta. Se espera que el Consejo Federal presente un proyecto de ley al Parlamento para su debate antes de finales de este año. El pueblo suizo lo votará en un referéndum dentro de tres o cuatro años.
Ya se conocen algunas cifras clave: por ejemplo, el impuesto sustitutivo debe ser aproximadamente del mismo importe que el impuesto sobre los hidrocarburos. Según las primeras estimaciones de la Oficina Federal de Carreteras (FEDRO), el impuesto podría ascender a unos 5,6 céntimos por kilómetro. Esto significa que una persona que recorre 15.000 kilómetros al año tendría que soportar en diez años una carga adicional de 8.400 francos suizos.
La preparación del proyecto de ley plantea algunas cuestiones clave que tendrán una gran influencia en el grado de su aceptación. Por ejemplo, en términos de un modelo tarifario: ¿deberían los coches eléctricos gravarse con un tipo fijo o en función del peso y las prestaciones para garantizar que los coches más grandes y potentes paguen impuestos más elevados, como ya ocurre hoy con los vehículos con motor de combustión interna ( ICEV)?
O según un modelo de medición: ¿cómo se pueden registrar los kilómetros recorridos sin violar la privacidad del individuo? Esta información no se recopila para los ICEV.
La mayoría está a favor de una tasa sustitutiva
Nuestros resultados indican que la población suiza está a favor de un impuesto sustitutivo para los coches eléctricos: en concreto, el 54% de los encuestados está a favor de un impuesto calculado en función del peso y las prestaciones del coche, y de la distancia recorrida medida por un dispositivo GPS.
Otros análisis muestran que actualmente la mayoría de la gente está a favor de un modelo tarifario. Sólo el 37% está a favor de métodos que no tienen en cuenta el peso o el rendimiento de un coche y gravarían a todos los coches eléctricos por igual. Esto envía una señal clara a los responsables de las políticas.
Las cosas no están tan claras cuando se trata de medir la distancia recorrida. Aunque la mayoría está a favor de los modelos con medición GPS, casi dos tercios de los encuestados están preocupados por las violaciones de su privacidad. Por lo tanto, es de esperar que el método de medición exacto desempeñe un papel clave a la hora de determinar la viabilidad política de un impuesto sustitutivo en el futuro. En concreto, hay que aclarar si sólo se debe transmitir la distancia recorrida en kilómetros o también otros datos como la ubicación y la hora.