Como siempre el ganso culpa a los de antes de su fracaso y su récord en asesinatos / En opinión de Miguel A. Rocha Valencia

Genaro García Luna y Felipe Calderón Hinojosa son los responsables de que el ganso no cumpliera con su promesa de frenar la violencia con sólo asumir la presidencia de la República. Reconoce que ya marcó un nuevo récord en asesinatos con cerca de 157 mil hasta hoy y que “su sexenio” será recordado por establecer una nueva marca en la materia.

Pero claro, él con sus políticas de abrazos y no balazos no es el culpable de la violencia sino los de antes. Lo mismo dice de la corrupción cínica que se volvió sello en su administración donde la opacidad en el gasto público suma en cinco años poco más de tres billones de pesos lo mismo en contratos asignados de manera directa incluso a empresas inexistentes, robos y desvíos como los 15 mil millones de Segalmex y lo no registrado o no justificado en programas sociales.

También entran al “paquete” de la opacidad gastos de la propia Presidencia de la República que involucran menajes, comidas, mítines de apoyo al supremo comandante, el cobro de regalías, pagos de colegiaturas al menor de los hijos y “otros no justificados” como los califica la Auditoría Superior de la Federación y la propia secretaría de la Función Pública.

De todos esos dineros no se especifica si engordaron cuentas personales incluyendo militares de alto rango (aunque es obvio pues entre lo no aclarado hay contratos que ellos ejercieron), tampoco queda claro el ingreso por recuperaciones, ventas (avión presidencial) redirección de los “ahorros” en el gasto de las dependencias federales y los actos muy conocidos de dinero “negro” o inexplicable manejado por hermanos, hijos, parientes y colaboradores como el secretario Esquer.

Total que de acuerdo con los datos oficiales y las denuncias públicas que no se desmienten, queda claro que la otra pinza de lo que encumbró al caudillo de Macuspana referente al combate a la corrupción, tampoco se cumplió como dijo en su toma de protesta cuando se encumbró en la silla que vuelve locos a quienes se sientan en ella como diría uno de sus revolucionarios favoritos y el gachupín Paco Ignacio hijo-

Lo del sistema de salud a la altura de los mejores del mundo quedará como otra asignatura pendiente y con su mar de corrupción con el derroche de dinero que significó el Insabi que sólo sirvió para dar chamba a un antropólogo, reducir la cobertura en 15 millones de beneficiarios de lo que fue el Seguro Popular y que ahora amenaza con saturar al Seguro Social ya de por su dañado por la falta de inversión, su gran pasivo derivado del pago de pensiones a lo que se agregará a millones de usuarios.

Los números no mienten y aunque en Palacio Nacional tengan otros datos, la verdad es que el país no está mejor. En lo económico ya ni nos metemos pues en el criterio ignorante o reduccionista de quien gobierna desde las mañaneras la suma de crecimiento dará cuatro, cuando el promedio anual será de uno por ciento si bien nos va gracias a su golpeteo u odio a los empresarios que ciertamente buscan ganancia en sus negocios, pero en otros sexenios dejaron empleos mejor pagados que los del hoy en que la pobreza laboral se fue para arriba.

Bueno hasta en la inflación general festejan los morenos que ya bajó a 5.28 pero los precios ya subieron y la carestía subyacente está por arriba y por ello, los salarios hoy alcanzan menos que los de “antes” con todo y los demagógicos “aumentotes” en los ingresos de los trabajadores causantes en buena parte de la espiral que hoy tiene los precios por arriba de la capacidad de capacidad de compra de millones de mexicanos.

Claro presume el tlatoani tabasqueño que la inflación en México es menor a la de Estados Unidos y en parte tiene razón, pero aquí se tienen subsidiados gasolinas, gas y luz lo cual se refleja en una caída en los ingresos vía IEPS que en dos años se acerca a los 400 mil millones de pesos y gravita en la falta de dinero para invertir o bien en el abultado déficit que por lo visto superará el billón 200 mil millones estimados para este año.

Y mientras todo eso sucede, las masacres se generalizan incluyendo las ejecuciones sumarias de militares que claro, son culpa de Calderón y García Luna como también el hecho de que la extorsión a nivel nacional aumentara 35 por ciento y el costo de esa corrupción que incluye asalto a transporte de mercancías, cobro de piso en gran parte del territorio nacional incluyendo centros vacacionales como Cancún, Acapulco, Morelos, amén de las exacciones a comerciantes de mercados, cadenas de producción, cosecheros y hasta en zonas urbanas donde hay que pagar protección.

Incluso de acuerdo con el Instituto para la Economía y la Paz establece que al cierre de 2021 el impacto de la violencia tuvo un costo equivalente a los 4.92 billones de pesos es decir cerca de 240 mil millones de dólares o 20.8 del PIB. En 2020 fue de 4.71 billones y se espera que los resultados de 2023 vuelvan a incrementarse.

Estas cifras no las desmintió ni el ganso, pero sí culpo a gobiernos anteriores, especialmente de Felipe Calderón de ello. 

El caso es que con ese estilo ya dejó marcada la medida y con esa misma vara seguramente será medido por quienes lleguen, a la mejor no el próximo sexenio que seguirá culpando a los ya idos, pero ¿El siguiente?

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