Comunidad LGTB y empresarios principales actores para levantar Zipolite tras paso de Agatha

Redacción Oaxaca Político / El Universal.- Lo último que supieron Claudia y Manolo antes de quedarse sin electricidad y servicios básicos por casi un mes fue que Zipolite y otras comunidades de Pochutla serían el punto de impacto del huracán Agatha, que hace un año devastó con categoría dos a municipios de la Costa de Oaxaca y golpeó con particular fuerza a los destinos de playa. 

Provenientes de Quintana Roo, la pareja había aterrizado en un microbús con un clan de amigos en esta comunidad que tolera el nudismo un año y siete meses antes, tras ser prácticamente expulsada de Huatulco por las altas rentas, sumadas a una pandemia y un terremoto que frenó el despegue de su restaurante que hace alusión a su aventura: Clandestino

El proyecto vivía su momento de auge cuando llegó Agatha y tras el paso del huracán lo que quedó fue un enorme agujero de 1.60 metros de profundidad  en la arena, pues el trabajo de años desapareció devorado por el mar. Pese a su intento por volver a ponerse en pie, la pareja se encontró con que las condiciones climáticas no cedían, así que luego de dos meses decidieron dejar la playa y mudarse para garantizar la sobrevivencia. 

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“Se suponía que el huracán iba para Puerto Escondido, para en las últimas horas cambió su trayectoria y nos pegó de lleno el ojo. Lo que más recuerdo es el ruido, el sonido de la fuerza del aire y el agua por horas. Y cuando termina sólo se escucha entra la oscuridad los susurros de la gente”, recuerda Claudia.

A un año de distancia, empresarios y autoridades aseguran que este destino turístico se ha reactivado económicamente casi al 100%. Y también coinciden en que fue la iniciativa privada en solitario y el turismo y la comunidad LGBTQI+ los que ayudaron a Zipolite a ponerse de pie tan rápidamente. 

De acuerdo con cifras del gobierno municipal de Pochutla, tras el huracán actualmente operan con normalidad 230 negocios en esta playa, 150 de ellos de hospedaje y 80 de alimentos, por lo que prácticamente sostienen a los mil 200 habitantes que alcanza los 4 mil con la población flotante, según datos de Inegi. 

Antonio García Martínez, comisionado de Turismo municipal, explica que la unidad del pueblo y el apoyo de los visitantes ha permitido la recuperación, y destaca que la respuesta del gobierno federal para la reconexión de la electricidad y la liberación de las carreteras fue inmediata; sin embargo, reconoce que fue la iniciativa de los empresarios  lo que facilitó la reactivación y estima que a mes y medio del desastre ya comenzaban a reabrirse los negocios. 

“Un 95% de Zipolite vive del turismo, no podíamos esperarlas porque vivimos de eso, teníamos que reactivarnos a la de allá”, señala.

García Martínez afirma que los prestadores de servicios fueron clave para que el destino se levantara tan pronto, pues llamaban por sus propios medios a los turistas a regresar a esta playa que ha creado una importante comunidad de visitantes, algo vital pues se trata de una de las principales fuentes de empleo en el municipio, a la par de empresas internacionales asentadas en Pochutla. 

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Pese a ello, el funcionario dice que el ayuntamiento no contó con información sobre si existieron apoyos a empresarios para reactivar los negocios, pues explica que aunque la Federación censó viviendas y negocios afectados, como autoridades municipales ellos no accedieron a la información recopilada. “Fue un tema muy cerrado porque se nos venía la elección a la gubernatura, para que no se malinterpretara lo de la ayuda”. 

También explica que no se cuenta con una estrategia publicitaria específica para levantar al destino y promover sus atractivos, por ejemplo que es la única playa nudista del país, o que se ha convertido en un destino de moda para el turismo LGBTQI+, y agrega por el momento Zipolite sólo se incluye en la oferta de atractivos estatales que se promocionan en eventos como los tianguis turísticos. 

Los pilares 

Si bien los empresarios de esta playa señalan que la labor del gobierno federal en cuanto a la reactivación de los servicios fue rápida en comparación con otros desastres naturales, también indican que no hubo ningún tipo de incentivo a prestadores de servicios para facilitar la reactivación económica. 

Claudia y Manolo, por ejemplo, dicen que como dueños de Clandestino ellos no recibieron ayuda de ningún tipo. “A nosotros no nos llegó ningún apoyo, existió para las viviendas y se entiende, por eso sabíamos que si no nos movíamos, nadie nos iba a dar nada”. 

A pesar de ello la pareja agradece haber podido reabrir en una nueva ubicación dos meses después, y señala que eso se logró gracias a sus clientes, mayoritariamente integrantes de la diversidad sexual quienes sumaron para levantar el negocio. 

“El papel que jugó la población LGBTQI+ fue total, no sólo de los visitantes, también de la propia comunidad, juntaron un fondo de ayuda, grandísimo, y fueron muy correctos para justificar gastos e iban a las comunidades donde lo necesitaban, para entregar la ayuda”, narra Claudia. 

Como ellos, otros prestadores de servicios reconocen que uno de los pilares para la reactivación fue la llegada del turismo LGBTQI+, pues representa hasta 85% de la afluencia, dado que tras la pandemia Zipolite se posicionó principalmente entre visitantes extranjeros y se ha convertido en un lugar de moda; pese a ello, ni a la comunidad ni a autoridades turísticas les interesa promocionarlo como un destino gayfriendly y no se cuenta con campañas de ningún tipo, incluso aunque se han registrado al menos tres ataques homofóbicos. 

“Zipolite venía en acenso, era el destino de moda en México, el lugar libre de restricciones en a pandemia. Fue un espacio de acogida para todos aquéllos que querían tranquilidad tras el encierro, pues fue la primera playa que abrió en el país. Fue un boom mundial, ahí aparecieron turistas de NY, Europa y de muchos lados”, explican al respecto Thomas Flechel y Elyel Aquino, presidente y secretario de la asociación Zipolite Diverso.

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Esta organización lleva tres años trabajando por  visibilizar la diversidad sexual en este destino turístico que de boca a boca se ha ido posicionando. está integrada por 35 prestadores de servicios turísticos abiertamente LGBTQI+, quienes se han centrado en labores de visibilidad y reconocimiento. 

Fue por ello que cuando Agatha impactó en esta playa, los integrantes de la asociación, junto con visitantes de Ciudad de México iniciaron con un fondeo con el cual lograron conseguir recursos para apoyar y acelerar la reconstrucción mediante la compra de material y la contratación de mano de obra, apoyos que fueron entregados únicamente a pobladores afectados en colonias de alta marginación. 

“Eso nos visibilizó muy fuerte y comenzamos apoyar a a reconstrucción, se decidió no respaldar a ningún negocio y que el dinero fuera a las necesidades básicas de colonias con mayor marginación, como Arroyo Tres, La Cascada, Arroyo Bomba, a familias que vivían cerca de los ríos y se quedaron sin nada”, narra Thomas. 

De acuerdo con la asociación esa ayuda, cuyo impacto fue internacional, surgió del propio deseo de visitantes asiduos y turistas gay de ayudar a un destino que los ha recibido con los brazos abiertos y que los ha arropado en los últimos años.

“Se sentía una necesidad de la gente gay de fuera, de turistas que querían apoyar ante el desastre (…) se decide abrir un fondeo y explota en una semana. Toda la comunidad gay internacional se suma y en menos de un mes juntamos casi 850 mil pesos, unos 35mil dólares,  y se vuelve algo muy fuerte”, dice. 

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Al respecto, Antonio García, el comisionado de Turismo, señala que aunque las autoridades municipales y de Zipoliten no tienen datos sobre la magnitud de este turismo, sí reconocen la importancia de este sector y se pretende que el destino siga manteniendo como incluyente, como un lugar en donde caben todos.

“Uno de los privilegios con los que contamos es que somos la única playa nudista y donde se recibe a todo mundo, pero hay que reconocer que el turismo LGBT es una parte muy importante para el destino, es una comunidad que trae una derrama económica muy fuerte. El pueblo de Zipolite no tiene ningún problema para convivir con la comunidad de la diversidad, sólo piden respeto”, dice. 

Precisamente es con esa idea que Zipolite Diverso actualmente impulsa una serie de actividades para extender la temporada alta en el destino y vincular los atractivos de su fama como playa nudista internacional con su actual auge entre hombres gay. 

De acuerdo con los datos oficiales, el más reciente Festival Nudista de Zipolite dejó una derrama económica de 25.9 millones de pesos y con una inversión de 800 mil pesos del gobierno estatal, además de atraer a 5 mil 470 visitantes y lograr una ocupación hotelera de 85.5% en dichas fechas. 

Para extender ese éxito y en el marco del Día Internacional contra la Homofobia, recientemente la asociación impulsó una semana de actividades para visibilizar a la comunidad de la diversidad sexual, que incluyo el primer desfile del Orgullo que se realiza en esta playa, bajo el titulo de Calenda Diversa, así como pláticas, proyecciones de cine, pruebas de detección de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) como Sífilis, Hepatitis y VIH, mismas que contaron con el apoyo tanto del municipio como de las autoridades comunitarias de Zipolite, lo que desde su punto de vista es una forma de reconocer la importancia de la derrama económica que deja el turismo gay. 

“El turismo masivo LGBTQI+ que se estaba viviendo en Zipolite antes del huracán hizo que la economía se reponga tan rápido, porque los empresarios invirtieron en sus daños para levantar sus negocios y volver a una normalidad económica. En tragedias anteriores el destino tardó muchísimo más en reponerse”, señala Flechel. 

Para los representantes de Zipolite Diverso ahora lo deseable sería que además de reconocer la importancia del turismo LGBTQI+, se adaptara al destino para recibirlo, por ejemplo para capacitar a prestadores de servicios. Y sobre todo para erradicar cualquier rastro de homofobia y que no vuelva a repetirse una agresión. 

“Son excepciones quienes se han opuesto a la llegada del turismo LGBTQI+, la mayoría de la gente local está muy contentos con ese público”, finalizan.

GPP

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