Crisis en el PRI: Dulce María Sauri predice la «muerte» del partido si Alito se reelige
Dulce María Sauri Riancho, figura emblemática del PRI, ha lanzado una severa advertencia: la posible relección de Alejandro «Alito» Moreno Cárdenas como presidente nacional del partido, significaría la «muerte» de dicho partido político.
La ex presidenta del PRI y gobernadora de Yucatán expresó su profunda preocupación por los recientes cambios en los documentos básicos del partido, especialmente la eliminación del principio de no relección, que considera fundamental para la integridad del PRI.
En una declaración a La Jornada, Sauri Riancho cuestionó la legitimidad de la asamblea donde se tomaron estas decisiones y denunció que estos cambios representan un grave retroceso para la democracia interna del partido.
«Lo que hizo el PRI el día de ayer en esta asamblea, es tirar, destruir uno de sus principios pétreos«, afirmó Sauri Riancho, señalando que el partido se arriesga a perder su identidad y su base histórica si continúa por este camino.
Además de criticar la posible relección de Alito, Sauri Riancho destacó otros cambios preocupantes en los documentos básicos del PRI, incluyendo la concentración de facultades en la figura del presidente nacional, la facilidad para endeudar al partido sin mayor trámite, y un retroceso en materia de paridad de género al sustituir el verbo «garantizar» por «promover» la participación de las mujeres en candidaturas.
El ex presidente estatal del PRI en Quintana Roo, Carlos Cardin Pérez, también alzó la voz contra Alito, calificando sus métodos como un grave retroceso para la democracia dentro del partido. Cardin Pérez criticó la cercanía de Alito con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y acusó al presidente del PRI de imponer cambios drásticos sin el consenso de la base priísta.
En el mismo tono de rechazo, José Antonio Rojo García de Alba, ex presidente de la junta de gobierno del Congreso de Hidalgo, subrayó que la permanencia de Moreno como líder del PRI va en contra del principio de sufragio efectivo, no relección, que es fundamental para la renovación democrática del partido.