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De Guadalupe Victoria a AMLO, ¿cómo han evolucionado los informes presidenciales?

El último Informe de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) se acerca y promete ser un evento con una nueva impronta en la tradición presidencial mexicana.

Programado para el 1 de septiembre de 2024 a las 10:00 horas en el Zócalo de la Ciudad de México, el informe marcará una evolución notable en la forma de presentar la rendición de cuentas del mandatario.

Del Documento Breve al ‘Día del Presidente’

Históricamente, los informes presidenciales en México han pasado de ser breves discursos, a cortos documentos escritos hasta convertirse en eventos de gran pompa y ceremonia.

En sus inicios, durante las primeras décadas del siglo XIX, estos informes eran simples y directos, no superando las dos cuartillas. Sin embargo, con el tiempo y la consolidación del poder presidencial, estos informes evolucionaron.

Los Primeros Informes Presidenciales

El concepto del informe presidencial en México tiene sus raíces en el periodo inicial del México independiente. Guadalupe Victoria, quien inauguró esta tradición el 1 de enero de 1825.

En cumplimiento con la Constitución de 1824, Victoria pronunció un discurso ante el Congreso de la Nación, detallando brevemente la situación del país, desde el ejército hasta los trabajos diplomáticos, estableciendo la imagen del presidente como solucionador de problemas.

Durante el siglo XIX, los informes reflejaron el tumulto político del país. Benito Juárez, por ejemplo, utilizó sus informes para comunicar la resistencia durante la Guerra de Reforma y la Segunda Intervención Francesa.

En sus discursos de 1861 y 1867, Juárez destacó la defensa de la Constitución y la soberanía nacional, subrayando la lucha por la estabilidad en un país atravesado por invasiones y conflictos internos.

La Transformación en el Siglo XX

Con el tiempo, los informes presidenciales se volvieron eventos más ceremoniales. A finales del siglo XIX y principios del XX, los presidentes como Porfirio Díaz utilizaron estos informes para consolidar su poder y mostrar un gobierno en orden, aunque muchas veces beneficiando solo a las élites mientras el pueblo enfrentaba duras condiciones.

Porfirio Díaz durante su informe de Gobierno al término de su quinta reelección. Cr Mediateca INAH

La Revolución Mexicana trajo consigo un cambio significativo, con Francisco I. Madero y Venustiano Carranza, quienes usaron sus informes para resaltar los avances y desafíos de un México en transformación, aunque Madero solo tuvo la oportunidad de presentar uno debido a su asesinato en 1913.

Con el paso de los años, el informe presidencial se transformó en un evento protocolario y mediático. Durante los sexenios priístas, el informe se convirtió en una manifestación del poder presidencial absoluto.

La Era Moderna: De la Rendición de Cuentas a la Celebración

En el nuevo milenio, los informes presidenciales se adaptaron a la cobertura mediática.

No fue sino hasta 1988, con Miguel de la Madrid, que se comenzaron a observar interpelaciones directas durante el informe.

Vicente Fox inauguró una era en la que el informe se convirtió en un evento mediático más que en un análisis detallado del gobierno.

Con la reforma de 2008, se permitió que el presidente delegara la rendición de cuentas a sus colaboradores, reduciendo el evento a un monólogo en lugar de un debate sustancial.

Esto convirtió al informe presidencial en un monólogo mediático más que en un diálogo efectivo con el Legislativo.

Los informes presidenciales de AMLO

Durante la presidencia de López Obrador, el Informe de Gobierno también ha experimentado cambios significativos. El primer informe, en 2019, se realizó en el Patio de Honor de Palacio Nacional, y en 2020, debido a la pandemia, el evento se llevó a cabo en un formato más reducido y sobrio.

El tercer informe, en 2021, se centró en la vacunación contra el COVID-19, y el cuarto, en 2022, se celebró en un entorno decorado con los murales de Diego Rivera, abordando la crisis económica.

Para el último informe, López Obrador ha elegido el Zócalo de la Ciudad de México como el escenario principal.

Este evento, que contará con la presencia de Claudia Sheinbaum, la presidenta electa, parece ser más un acto de celebración que un ejercicio de rendición de cuentas. El presidente ha sugerido que el evento será extenso y ha aconsejado a los asistentes prepararse para una larga jornada.

El cambio en el formato del Informe de Gobierno bajo la administración de López Obrador refleja una tendencia hacia la personalización y la celebración del mandato presidencial, en lugar de la tradicional rendición de cuentas ante el Congreso.

El evento en el Zócalo simboliza un cierre a una era y una transición hacia el nuevo gobierno, dejando atrás el protocolo formal de informes anteriores.

JTH

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