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Denuncian devastación en la Reserva de Calakmul por construcción del Tren Maya

La construcción del Tren Maya está dejando un rastro de destrucción en uno de los ecosistemas más valiosos de México: la Reserva de la Biósfera de Calakmul. Además de la fragmentación causada por el proyecto ferroviario, se ha revelado que el Ejército Mexicano, encargado de la obra, también ha arrasado con la selva para construir un hotel en medio de la reserva y el Tramo 7 del tren.

La Reserva de Calakmul, decretada como área natural protegida en 1989 y reconocida como «Patrimonio de la Humanidad» por la Unesco en 2002, se ha visto gravemente afectada por la construcción del Tren Maya, especialmente en su tramo entre Chetumal, Quintana Roo, y Escárcega, Campeche.

El inicio de la devastación se remonta a finales de 2022, cuando el Ejército comenzó a abrir paso para la construcción del tramo 7 del Tren Maya. Este proyecto ha implicado la tala indiscriminada de árboles y la fragmentación del hábitat de numerosas especies animales y vegetales que habitan en la región.

En particular, en el acceso a la zona arqueológica de Calakmul, se está erigiendo una estación del Tren Maya y un hotel con 144 habitaciones. Esta construcción ha provocado la pérdida de cientos de árboles en una región que antes era considerada el corazón de la reserva, donde la biodiversidad es extraordinaria.

Calakmul alberga un ecosistema único y es hogar del 80% de las especies vegetales de toda la Península de Yucatán, así como de 350 especies de aves y casi 100 especies de mamíferos, algunos de ellos en peligro de extinción. La destrucción de su entorno natural representa una grave amenaza para la conservación de estas especies.

Organizaciones ambientales y defensores de los derechos indígenas han denunciado estas acciones como un atentado contra el patrimonio natural y cultural de México. Advierten que la construcción del Tren Maya no solo afecta el medio ambiente, sino también los derechos de las comunidades locales y los compromisos internacionales de conservación.

El avance de las obras ha generado un fuerte rechazo por parte de la sociedad civil y organismos internacionales de protección ambiental, quienes exigen una revisión y una evaluación exhaustiva de los impactos ambientales y sociales del proyecto.

Ante estas denuncias, el gobierno mexicano ha defendido la construcción del Tren Maya como un proyecto de desarrollo económico y turístico para la región.

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