El mole de ladrillo, una delicia de Tlaxcala
Todos conocemos el mole negro, el mole verde, el pipián, el mole poblano, pero ¿conoces el mole de ladrillo?
En México existen muchas variedades de mole y el mole de ladrillo, llamado así por su peculiar color, es una delicia culinaria del estado de Tlaxcala.
Elaborado a base de guajillo, masa de maíz, semillas de cilantro, canela y carne de res, este platillo ancestral se sirve en los hogares como parte de una tradición religiosa de origen otomí. Es servido en cajetes, acompañados de tamales de anís y pulque. Además, es costumbre que las mujeres lleven una olla para que el alimento sea compartido en su hogar.
El mole de la matuma, que en lengua otomí significa “mayordomía”, es una receta típica de la comunidad indígena San Juan Ixtenco, Tlaxcala, ubicada a las faldas de la Matlalcueyetl (volcán inactivo ubicado entre Puebla y Tlaxcala) y está considerado como patrimonio cultural de Tlaxcala.
La Matuma, es un evento religioso presidido por un mayordomo y su grupo de apoyo conformado por diputados. Cada año se realiza en uno de los nueve barrios del pueblo, con el propósito de honrar a su santo patrón, San Juan Bautista.
Las mayordomías, personas que permiten la entrada del santo en sus hogares, son otorgadas mensual y anualmente. Los encargados tienen la encomienda de ofrecer el 24 de cada mes tamales, atole agrio y el mole de Matuma a alrededor de 500 personas.
Mujeres y hombres participan en esta fiesta, pues mientras ellas preparan los tamales y el atole; ellos se encargan de destazar la res y hervir la carne en grandes casos, lista para acompañar el mole de ladrillo.
Con información de larutadelagarnacha.mx
Foto: El Sol de Tlaxcala