El sector de la construcción de Australia debe analizar su presupuesto de carbono, dicen los expertos
Durante décadas, la industria de la construcción ha estado impulsada en gran medida por la viabilidad financiera, centrándose en la optimización de costos y el retorno de la inversión.
Pero se está produciendo un cambio de paradigma a medida que la crisis ambiental mundial se intensifica y las regulaciones se vuelven estrictas. La viabilidad financiera por sí sola ya no es suficiente. Los proyectos se enfrentan a un escrutinio cada vez mayor, basado en su huella de carbono.
Entonces, ¿está lista la industria de la construcción para construir más allá de los presupuestos financieros y abrazar una nueva era de construcción consciente del carbono?
Si bien las regulaciones, incentivos y certificaciones de Victoria están empujando a la industria de la construcción hacia prácticas de construcción sustentables, sigue existiendo una brecha significativa entre la ambición y la acción.
A pesar de la ambición de lograr emisiones netas cero para 2050, los edificios aún deben diseñarse y entregarse de acuerdo con un presupuesto de carbono a nivel de proyecto. Si bien existen objetivos ambiciosos, el sector de la construcción todavía tiene un largo camino por recorrer para cerrar la brecha entre esta ambición y la acción.
¿Qué es exactamente un presupuesto de carbono?
A diferencia del presupuesto financiero de un proyecto, un presupuesto de carbono establece un límite a las emisiones que un proyecto puede generar durante todo su ciclo de vida, desde el principio hasta el final.
Este no es un gasto anual sino una suma acumulativa. Una vez que se agote el presupuesto global de carbono asignado, las emisiones netas deben mantenerse en cero.
Los ingenieros y diseñadores utilizan este umbral para guiar sus elecciones de materiales y diseño, y luego se evalúa el éxito de este enfoque comparando los niveles reales de emisiones del proyecto con el presupuesto de carbono proyectado en diferentes fases del ciclo de vida del proyecto.