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Felipe Calderón y su dura crítica al Tren Maya: «Un crimen ambiental sin comparación»

En una fuerte declaración a través de su cuenta de Twitter, el expresidente Felipe Calderón arremetió contra el megaproyecto del Tren Maya, impulsado por el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador. La crítica de Calderón se suma a una creciente ola de preocupación y descontento por los impactos ambientales que ha generado la construcción de esta ambiciosa infraestructura.

En las últimas semanas, el Tren Maya ha estado bajo la lupa de expertos y ambientalistas, quienes han expresado su preocupación por los considerables daños medioambientales causados por la ejecución del proyecto. A pesar de las promesas iniciales del presidente López Obrador de no talar ningún árbol, la realidad muestra una imagen diferente.

La tala masiva de miles de árboles ha sido uno de los puntos más controvertidos del proyecto, generando un eco de descontento en la opinión pública. A esta preocupación se suma el daño significativo a la fauna local y a los cuerpos de agua, especialmente a los cenotes en la región sureste de México, con especial atención en Yucatán.

Espeleólogos y expertos en medio ambiente han alzado la voz para denunciar el impacto negativo que la construcción del Tren Maya está teniendo en los cenotes, fuentes de agua naturales consideradas vitales para la biodiversidad y, por ende, para las comunidades locales.

La contaminación de estos cuerpos de agua, resultado de la perforación con enormes pilotes de metal, no solo amenaza a la vida silvestre, sino que plantea un riesgo directo para la población que depende de estas fuentes hídricas en la región.

En este contexto, la crítica de Felipe Calderón adquiere un tono más grave al calificar la situación como una «monstruosidad» y un «crimen ambiental sin comparación en el mundo en el Siglo XXI». Calderón señala directamente los estragos causados por la construcción del Tren Maya, destacando la tala masiva de árboles y el impacto devastador en reservas naturales clave como Calakmul, así como la mayor reserva natural de jaguares en Norteamérica.

Estas denuncias no solo apuntan a los daños ambientales inmediatos, sino que también ponen en tela de juicio la sostenibilidad y responsabilidad ambiental del gobierno en la ejecución de este megaproyecto. La opinión pública se encuentra dividida, con sectores que respaldan la inversión en infraestructura y otros que exigen una revisión urgente de los impactos ambientales, apoyando la posición crítica expresada por Felipe Calderón.

En respuesta a la creciente controversia, diversas organizaciones ambientalistas y defensores de los derechos de los pueblos originarios han instado a una revisión exhaustiva del Tren Maya y a la consideración de alternativas más sostenibles que respeten la rica biodiversidad y el patrimonio natural de la región.

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