Gobierno refuerza seguridad ante amenazas electorales y pide silencio al INE
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha solicitado a las fuerzas armadas aumentar la vigilancia sobre los candidatos presidenciales, así como los aspirantes a gobernadores y alcaldes, en medio de crecientes preocupaciones por la violencia política que podría afectar el proceso electoral en marcha.
De acuerdo con información de LPO, la instrucción fue transmitida durante la reciente visita a Washington DC de los altos mandos militares Luis Crescencio Sandoval y Rafael Ojeda.
Un interlocutor estadounidense alertó sobre la posibilidad de que eventos violentos durante el proceso electoral mexicano refuercen la narrativa de ingobernabilidad, una preocupación particularmente sensible en un momento en que los republicanos estadounidenses abogan por una intervención militar en México para combatir a los cárteles.
La crisis reciente en Ecuador, vinculada a los cárteles de Sinaloa y Jalisco, ha intensificado estas preocupaciones, dejando a México bajo un escrutinio internacional más severo.
La instrucción presidencial también ha llegado al Instituto Nacional Electoral (INE), exhortándolo a abstenerse de abordar públicamente la violencia contra los candidatos. López Obrador ha subrayado que, si bien el INE tiene voz en muchos temas, la violencia y la seguridad deben ser asuntos ajenos a sus pronunciamientos.
Un cercano a Palacio Nacional comentó: «El presidente le dijo a todos los embajadores la semana pasada que promuevan a México en el extranjero y atraigan inversiones. No puede ser que, al mismo tiempo, el INE esté hablando de violencia».
Este movimiento ha despertado críticas y cuestionamientos sobre la independencia del INE, así como sobre las medidas extremas adoptadas para evitar un colapso del proceso electoral. La tensión entre la prioridad de promover una imagen positiva de México y la necesidad de abordar los problemas reales de violencia política se intensifica en el escenario electoral actual.
La preocupación central radica en la posibilidad de que eventos violentos, especialmente de alto impacto, socaven la percepción de estabilidad gubernamental y den lugar a consecuencias negativas tanto a nivel nacional como internacional. Con la seguridad y la gobernabilidad en la cuerda floja, las próximas elecciones se desenvuelven en un ambiente de incertidumbre y con la sombra de la violencia proyectándose sobre el proceso democrático.
Con información de LPO