Iglesia Católica llama a Sheinbaum a construir una reconciliación verdadera para lograr la paz
A poco tiempo de que Claudia Sheinbaum asuma la presidencia de México, la Iglesia católica ha hecho un llamado urgente a la futura mandataria para que inicie un proceso de reconciliación genuino que permita superar las divisiones y alcanzar una paz duradera en el país.
En un editorial publicado este domingo en el semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México enfatizó la importancia de que Sheinbaum, así como su equipo de trabajo y los nuevos políticos electos, se enfoquen en construir una reconciliación sólida durante el periodo de transición que precede su toma de posesión el 1 de octubre. La Iglesia instó a superar los conflictos que dividen a la sociedad, fortalecer la unidad nacional y promover el diálogo y la escucha mutua.
«Cuando hablamos de reconciliación, no nos referimos a una paz frágil, mucho menos a un abrazo impuesto o a un compromiso que sólo busca tener contentos a grupos que piensan diferente», destacó el editorial. La Iglesia subrayó que una verdadera reconciliación debe basarse en principios sólidos y no en compromisos superficiales que podrían romperse fácilmente.
«El camino hacia la reconciliación no significa decidir por el otro ni encasillar a todos en esquemas preestablecidos. No es una lucha de buenos contra malos ni un enfrentamiento de ideologías. Significa aprender a caminar juntos», explicó la Arquidiócesis.
La Iglesia también hizo hincapié en que la reconciliación debe involucrar un proceso de sanación de las heridas del pasado y de las injusticias sufridas. «Nos referimos a reconciliarnos con los hechos que nos han dolido, con la memoria herida y las injusticias sufridas. Hablamos de reunirnos para renovarnos y crecer juntos», señaló.
El editorial de este domingo también recordó que la reconciliación auténtica implica un encuentro sincero entre los ciudadanos, donde se reconozcan las historias y diferencias individuales. «Encontrarnos en ese lugar donde se deja de pensar egoístamente y se comienza a reconocernos como hermanos», concluyó el llamado de la Arquidiócesis de México.
