Indígenas exigen el fin del asedio al EZLN en mitin frente a la Secretaría de Gobernación
Un centenar de integrantes de colectivos y comunidades indígenas se congregó ayer frente a la Secretaría de Gobernación, ondeando una monumental bandera nacional, para demandar el alto a los ataques dirigidos contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
Durante el mitin, se leyó una carta dirigida al gobierno federal, firmada por miembros del Congreso Nacional Indígena, la comunidad otomí, el Congreso Popular de la Ciudad de México y la Red de Apoyo Iztapalapa Sexta. En este documento, los manifestantes exigieron que se frenen las agresiones que amenazan la vida de los habitantes del poblado zapatista 6 de Octubre, perteneciente al gobierno autónomo local (GAL) en Ocosingo.
El pasado 16 de octubre, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) alertó sobre el asedio constante a la autonomía zapatista, documentando incidentes donde personas armadas intimidaron a las familias en el caracol IX de Nuevo Jerusalén. Según el informe, la comunidad enfrenta agresiones y amenazas tanto de las autoridades locales como de pobladores de Palestina, quienes operan bajo la presión del crimen organizado y presuntamente con el apoyo de autoridades municipales de Ocosingo y del gobierno estatal de Chiapas.
Durante la protesta, los participantes alzaron la voz con consignas como «Fuera paramilitares de Chiapas» y «Chiapas no es cuartel, fuera Ejército de él». En las rejas de la Secretaría de Gobernación, colgaron mantas y carteles que llevaban mensajes contundentes como «Rompan el pacto» y «Alto a la guerra contra las comunidades zapatistas».
Diego García, integrante de la Coordinación Metropolitana Anticapitalista, remarcó que han pasado 30 años desde el levantamiento zapatista y que “se ha mantenido una guerra contrainsurgente en contra de nuestros hermanos del EZLN.”
Las organizaciones que respaldaron el mitin hicieron un llamado a colectivos y ciudadanos a unirse en esta acción de resistencia, denunciando un escenario de violencia que incluye quema de casas, robo de pertenencias, despojo de cosechas y animales, así como intentos de desalojo y amenazas de violación contra mujeres que habitan y trabajan en esas tierras desde hace más de tres décadas.