Kremlin advierte sobre implicaciones directas si Ucrania usa misiles estadounidenses
El Kremlin advirtió el lunes que si Estados Unidos permite a Ucrania utilizar misiles de fabricación estadounidense para atacar el territorio ruso, esto significaría una implicación directa de Washington en el conflicto.
Esta declaración se produce en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Occidente, especialmente a medida que se cumplen casi dos años desde el inicio de la guerra en Ucrania.Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, enfatizó que tal decisión elevaría el riesgo de una confrontación con la OTAN.
«Si tal decisión fue efectivamente formulada y llevada al régimen de Kiev, entonces se trata de una ronda cualitativamente nueva de tensión», afirmó Peskov. Esta advertencia surge en respuesta a informes de medios estadounidenses que sugieren que la administración de Biden ha tomado una decisión sobre el uso de armamento de largo alcance por parte de Ucrania.
Reacciones en Moscú y el contexto del conflicto
El presidente Vladimir Putin ya había dejado clara la postura rusa en su discurso de septiembre, donde indicó que cualquier apoyo occidental a Ucrania implicaría la participación directa de la OTAN en la guerra. «Es obvio que el Gobierno saliente de Washington pretende seguir echando leña al fuego», agregó Peskov.
Los funcionarios rusos han reiterado su preocupación por lo que consideran provocaciones por parte de Occidente. Un funcionario anónimo cercano al Kremlin describió la posible autorización estadounidense como «extremadamente provocadora» y advirtió que no cambiaría el resultado de la guerra.
La escalada del conflicto y sus consecuencias
La situación se complica aún más con la llegada reportada de soldados norcoreanos a la región rusa de Kursk para ayudar a repeler incursiones ucranianas. Esto ha llevado a los funcionarios rusos a afirmar que cualquier ataque convencional contra Rusia, en colaboración con una potencia nuclear, podría ser considerado una ofensiva conjunta.
Maria Butina, legisladora rusa, expresó su preocupación sobre las decisiones del gobierno estadounidense, afirmando: «Están arriesgando seriamente el inicio de la Tercera Guerra Mundial». Esta retórica refleja el clima tenso entre las potencias nucleares y subraya las posibles repercusiones globales del conflicto.