En un evento que ha generado indignación en la comunidad de Texcoco, Estado de México, la policía estatal desalojó a personas de la tercera edad del jardín principal durante la celebración del CXIV aniversario de la Revolución Mexicana.
Este desalojo se llevó a cabo en un ambiente tenso, donde los efectivos armados utilizaron su fuerza para retirar a los ancianos que se encontraban disfrutando del día.
El día comenzó con una gran afluencia de texcocanos que se congregaron en el jardín principal para admirar las recientes remodelaciones realizadas por el gobierno estatal encabezado por Delfina Gómez.
Con una inversión de 483 millones de pesos, se llevaron a cabo trabajos en la fachada de la Catedral y se instalaron nuevas fuentes y bancas en el área. Sin embargo, la alegría del evento se tornó amarga cuando, a medida que avanzaba la tarde, comenzaron a colocarse vallas metálicas y se intensificó la presencia policial.
Desde las 12:30 horas, un centenar de trabajadores del gobierno empezaron a cercar el jardín, preparándose para un evento donde la gobernadora inauguraría las remodelaciones. La situación escaló rápidamente cuando, alrededor de las 15:30 horas, efectivos de la policía estatal comenzaron a desalojar a los boleros y a los ancianos que ocupaban las bancas.
Desalojo violento y reacciones
Entre los afectados se encontraban seis personas mayores, algunas con andaderas y sillas de ruedas. A pesar de su condición, los policías exigieron que abandonaran el lugar. “Los abuelitos se sintieron intimidados por las armas largas”, relató Edmundo Cázarez en su columna.
La situación fue tan crítica que uno de los policías, identificado como Miguel “N”, expresó su desconcierto ante la orden recibida: “No me explico por qué la gobernadora odia tanto a los texcocanos”.
Cázarez también compartió que el policía le solicitó ayuda para desalojar el área, lamentando que esta acción fuera necesaria. “Me duele mucho, pero es la orden que nos dieron y tenemos que cumplirla”, dijo Miguel “N”, reflejando el conflicto entre su deber y su empatía hacia los ancianos.
Mientras tanto, francotiradores fueron apostados en los edificios cercanos para resguardar el evento. Esta medida ha llevado a cuestionar qué temía realmente la gobernadora Delfina Gómez al acercarse a su propia comunidad.
Reflexiones sobre el poder y la cercanía con el pueblo
Este episodio ha suscitado un debate sobre cómo el poder puede cambiar a las personas. La gobernadora, quien alguna vez fue vista como una figura cercana y accesible durante su tiempo como presidenta municipal de Texcoco, ahora parece distante y protegida por un fuerte despliegue policial. La situación contrasta notablemente con otros líderes políticos que han mostrado un acercamiento genuino a sus comunidades.
La imagen de una gobernadora rodeada de seguridad y armamento resulta chocante para aquellos que esperaban ver en ella una líder accesible. La actitud adoptada durante este evento ha dejado claro que la cercanía con el pueblo es un aspecto que se ha perdido en su administración.
Con información de la Columna de Edmundo Cázarez C. publicada en Misión Política