La irregularidad del sueño y el horario tardío de las comidas, tienen efectos nocivos en la salud

¿Sabías que la obesidad, el sobrepeso, la diabetes, la depresión y los estados psicóticos pueden derivarse de la desregulación de los ritmos circadianos?

El sueño y el despertar son ritmos circadianos, funciones del organismo que se repiten cada 24 horas. Este patrón es resultado de la adaptación de los seres vivos a un ambiente que oscila entre el día y la noche.

Si en determinado momento el reloj interno sufre algún desajuste por trabajar de madrugada, padecer insomnio o ver el celular durante la noche, tendremos reacciones a nivel fisiológico y conductual que llevarán a nuestro organismo a pasarla mal.

El ojo humano percibe los cambios de luz-oscuridad y envía estas señales al cerebro, en donde se localiza el núcleo supraquiasmático, compuesto por miles de neuronas. Este cronómetro interno regula los ciclos de vigilia-sueño para que durante el día estemos activos, comamos y tengamos funciones digestivas; y por la noche nos dispongamos al descanso, se reparen los tejidos y haya un ahorro energético corporal.

La ruptura del ciclo sueño-vigilia puede alterar significativamente los ritmos circadianos tanto a nivel del sistema nervioso como a nivel de los tejidos periféricos, lo que se asocia con cambios en los horarios de ingestión de alimentos, incremento de los depósitos de grasa, y consiguientemente provoca sobrepeso, obesidad y síndrome metabólico. Se puede concluir que existe una asociación positiva entre la ruptura de los ritmos circadianos y la obesidad.

Para 2030, se estima que 39 por ciento de los mexicanos tendrá obesidad, asociada a complicaciones de salud como diabetes y enfermedades cardiovasculares. “Las principales causas son los malos hábitos alimenticios y la vida sedentaria, otro factor importante que contribuye es la perturbación de los ritmos circadianos, afirmó Lucía Mendoza Viveros, posdoctorante del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM.

Los investigadores consideran que la interrupción regular de los patrones de sueño puede confundir al reloj biológico, es decir, al ritmo circadiano, que regula nuestro metabolismo, y “eso se ha visto con el llamado jetlag social, que se produce cuando hay grandes diferencias entre el horario de sueño de la semana laborable con el fin de semana o días de asueto, donde se rompe la sincronía con los ritmos del día y la noche”.

Los factores que interrumpen el ritmo circadiano, incluido el trabajo por turnos, el cronotipo tardío, el horario de sueño tardío, la irregularidad del sueño y el horario tardío de las comidas, tienen efectos nocivos en la salud cardiometabólica. 

La interrupción del ritmo circadiano se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiometabólicas como la diabetes mellitus, la obesidad y la hipertensión. Por lo tanto, se necesitan estrategias para aliviar la interrupción del ritmo circadiano y crear conciencia sobre la importancia de mantener la salud circadiana.

Información de dgcs.unam.mx e intramed.net

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