Las empresas asiáticas de cemento y acero deben descarbonizarse para sobrevivir a los precios del carbono, dice un informe
Las empresas con altas emisiones de carbono en Asia obtendrán ganancias negativas constantes si no logran descarbonizarse.
Esta fue la principal conclusión de un nuevo informe publicado por el Centro de Inversión y Financiamiento Climático de la Escuela de Negocios del Imperial College, junto con el Centro de Finanzas Verdes de Singapur.
El informe, «Implicaciones financieras de la fijación de precios del carbono en las industrias asiáticas del cemento y el acero», explora el impacto financiero de la descarbonización en las empresas asiáticas de cemento y acero cubiertas por determinados esquemas asiáticos de comercio de derechos de emisión. El informe tiene como objetivo cuantificar el efecto de los sistemas de fijación de precios del carbono en los principales productores de cemento y acero, que operan principalmente en China y Corea del Sur.
El informe se publica mientras la fijación del precio del carbono está en la agenda de la cumbre climática COP28. La fijación del precio del carbono, un instrumento que captura los costos externos de las emisiones de gases de efecto invernadero, se considera una herramienta política esencial de mitigación del clima.
Asia es el mercado de comercio de carbono de más rápido crecimiento y muchos países de la región se encuentran entre los principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo. La región de Asia Pacífico destaca como la región más vulnerable al cambio climático del mundo. Sin embargo, muchos países en esta área actúan con cautela cuando se trata de introducir esquemas de fijación de precios del carbono para promover la descarbonización, ya que comúnmente se cree que los altos precios del carbono pueden impedir la competitividad de las industrias nacionales.
Los investigadores del nuevo informe concluyen que la única forma de reducir la responsabilidad por el precio del carbono sería que estas empresas se descarbonizaran. Sin embargo, el informe también revela que los fondos necesarios para que las empresas se descarbonicen por completo pueden superar las valoraciones de la mayoría de las empresas.
El precio mundial del carbono es actualmente un promedio de 6 dólares estadounidenses por tonelada. El consenso entre los expertos es que el precio del carbono debe aumentar a entre 75 y 150 dólares estadounidenses para 2030, y potencialmente entre 100 y 250 dólares estadounidenses para 2050, para incentivar la acción climática. La cuestión del aumento de los precios del carbono se ha convertido en una preocupación apremiante para muchas organizaciones, particularmente en la industria del acero y el cemento.
Aunque el impacto varía según las empresas, industrias y países, el estudio encuentra que la mayoría de las empresas cementeras y siderúrgicas de la región asiática no pueden sobrevivir al aumento de los precios del carbono, y la descarbonización se ofrece como la única solución.
Reflexionando sobre las conclusiones del informe, la Dra. Anastasiya Ostrovnaya, autora principal del informe y miembro principal de investigación y docencia del Centro de Finanzas e Inversiones Climáticas, dice: «Este estudio destaca la necesidad urgente de que las empresas asiáticas de acero y cemento descarbonicen —al menos, para su propia supervivencia. Pero, como sugiere este informe, el capital necesario para una descarbonización total presenta nuevos desafíos, lo que genera un debate sobre la estructura del capital y el papel del Estado».
Antigoni Theocharidou, coautor y asistente de investigación del Centro para la Financiación y la Inversión Climáticas, también afirma: «Las implicaciones de este documento se extienden más allá de las fronteras nacionales y subrayan la necesidad de una mejor información y educación de los inversores sobre los mecanismos de fijación de precios del carbono en países difíciles de alcanzar». abatir sectores.»
De cara al futuro, los autores concluyen que la descarbonización de los sectores asiáticos del acero y el cemento parece ser un obstáculo financiero enorme, especialmente en ausencia de subsidios.
También enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones sobre los impactos de segundo orden, como la inflación y la redistribución de los ingresos por el precio del carbono, así como el papel de los mercados voluntarios de carbono para ayudar a las empresas a alcanzar sus objetivos climáticos.