El Índice de Paz 2024, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz (IEP), reveló que México es uno de los lugares más peligrosos del mundo para ejercer la política.
Durante 2023, al menos 170 políticos, funcionarios públicos y personas relacionadas con ellos fueron asesinados, una cifra que muestra un alarmante aumento respecto a los 50 homicidios registrados en 2020.
A pesar de que México registró una mejora del 1.4% en su nivel de paz general, la violencia contra figuras políticas ha crecido en los últimos años. Según el informe, 2023 fue el tercer año consecutivo de deterioro en este rubro. El incremento de estos ataques refleja un ambiente político cada vez más polarizado, con divisiones partidistas que también han crecido, según las encuestas de opinión.
Gobernadores, alcaldes y funcionarios, las principales víctimas
El informe señala que alcaldes, gobernadores y miembros de los gabinetes estatales y municipales, tanto actuales como anteriores, son los más afectados, representando más de la mitad de los ataques registrados. Guerrero encabeza la lista de entidades con más violencia política en los últimos seis años, con 128 incidentes, seguido de Veracruz y Oaxaca.
Mejora en algunos estados, pero la violencia persiste
Aunque el nivel de paz general mejoró en 15 estados durante 2023 gracias a una reducción del 5.3% en la tasa de homicidios, 17 entidades vieron un deterioro en su situación. Colima destacó nuevamente por tener la tasa de homicidios más alta del país, con 111 asesinatos por cada 100 mil habitantes, superando su propio récord de 2022.
En contraste, Zacatecas registró la mayor mejora en materia de paz, mientras que Morelos experimentó el mayor deterioro. Ambos estados, sin embargo, siguen entre los menos pacíficos del país, junto con Colima, Baja California y Guanajuato.
Yucatán se mantiene como la entidad más pacífica
Por séptimo año consecutivo, Yucatán fue reconocido como el estado más pacífico de México. Tlaxcala, Chiapas, Durango y Coahuila completan la lista de las entidades con los niveles más altos de paz.
A pesar de algunas mejoras, la violencia política sigue siendo un reto grave para el país, con amenazas latentes para quienes participan en la vida pública.