El primer ministro de Ontario, Doug Ford, ha planteado la posibilidad de dejar fuera a México del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) si el país no se alinea con las políticas comerciales de sus socios.
Ford exigió a México que, como mínimo, iguale los aranceles impuestos por Estados Unidos y Canadá a las importaciones chinas.
A través de su cuenta en X, Ford expresó que “el libre comercio debe ser justo”. Afirmó que desde la firma del T-MEC, México se ha convertido en una «puerta trasera» para la entrada de automóviles y otros productos chinos al mercado norteamericano, lo que pone en riesgo los empleos de los trabajadores canadienses y estadounidenses.
“Si México no combate el transbordo, al menos igualando los aranceles, no debería tener un lugar en la mesa”, indicó.
Ford también sugirió que Canadá y Estados Unidos deberían priorizar una asociación económica más estrecha mediante un acuerdo de libre comercio bilateral. Esta propuesta surge en un contexto donde la relación comercial entre los tres países se encuentra bajo tensión, especialmente con la próxima revisión del pacto conocido como CUSMA (Acuerdo Canadá-Estados Unidos-México), que debe ser revisado a partir de 2026.
El primer ministro canadiense hizo hincapié en que uno de los mayores desafíos para la renovación del acuerdo es la preocupación de Estados Unidos por las plantas chinas de fabricación de automóviles establecidas en México. “Los chinos son infatigables en sus estrategias para acceder al mercado norteamericano, y todos los socios tienen su parte de responsabilidad de protegerlo”, agregó Ford.
Aunque el gobierno canadiense no ha respaldado oficialmente las declaraciones de Ford, tampoco se ha distanciado de ellas. Una portavoz del Ministerio de Finanzas destacó los aranceles impuestos por Canadá a las importaciones chinas como parte de una estrategia más amplia para proteger su economía.
Esta situación refleja un panorama complejo para el T-MEC, ya que el flujo comercial entre México y Estados Unidos es considerablemente alto, lo que genera un apoyo significativo al tratado entre legisladores del sur de EE. UU.
Sin embargo, la creciente influencia china en el sector automotriz mexicano y las preocupaciones sobre la competencia desleal podrían llevar a una reevaluación fundamental del acuerdo.