Redacción MX Político.- Un equipo de investigadores de la Universidad de Medicina Veterinaria de Viena, en colaboración con un colega de la Universidad AS de Ciencias Aplicadas de los Países Bajos, encontró evidencia que sugiere que los perros, en algunas circunstancias, son capaces de comprender las intenciones de las personas que no conocen. . En su artículo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, el grupo describe experimentos que llevaron a cabo con golosinas dadas a una variedad de perros.
Investigaciones anteriores han demostrado que la mayoría de los primates tienen cierto grado de comprensión de las intenciones de los demás en función de los comportamientos observados. Si los perros son capaces de hacerlo ha sido un tema de debate. En este nuevo esfuerzo, los investigadores buscaron pruebas concretas de la capacidad en los perros.
El trabajo de los investigadores consistió en construir una pequeña jaula con malla de plástico en tres lados y un panel de plástico transparente con agujeros perforados en el cuarto. Luego, la jaula se colocó en una habitación vacía. Los experimentos se realizaron haciendo que un investigador desconocido para los sujetos caninos se sentara dentro de la jaula.
Los perros fueron introducidos uno a la vez, acercándose a la jaula por el lado con el panel de plástico porque el investigador sostenía una golosina allí. El investigador podría pasar la golosina al perro a través de uno de los agujeros perforados. Para probar la intención, los investigadores a veces solo fingían que iban a darle la golosina al perro y en su lugar se aferraban a ella. Otras veces, fingían dejar caer la golosina accidentalmente. En cualquier caso, el perro nunca recibió el premio. Pero la razón de esto difería.
Cuando se evaluaron 48 perros, fueron observados y grabados por múltiples cámaras enfocadas en diferentes partes de su cuerpo. Luego, el video de todas las cámaras se usó para entrenar un algoritmo 3D de aprendizaje automático que se usó para evaluar las reacciones de los perros durante la prueba.
Al observar los resultados, los investigadores encontraron que cuando la golosina se retenía intencionalmente, los perros tendían a responder retrocediendo y sentándose o recostándose. Cuando la golosina se retuvo accidentalmente, los perros respondieron de una manera más indulgente, continuaron haciendo contacto visual, moviendo la cola y manteniendo la proximidad con los investigadores.
Los investigadores sugieren que el comportamiento de los perros mostró que eran claramente capaces de comprender la intención detrás de la oferta de la golosina.
