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Tiembla más en diciembre que en septiembre: Datos reveladores del Sismológico Nacional

Redacción MX Político.- En medio de la temporada festiva y la anticipación del aguinaldo, un sismo de magnitud 5.7 con epicentro en Chiautla de Tapia, Puebla, recordó a los habitantes del centro de México la constante amenaza sísmica en la región.

Mientras muchos mexicanos asocian septiembre con temblores, los datos del Servicio Sismológico Nacional revelan una verdad sorprendente.

Contrario a la creencia popular, no es en septiembre donde la actividad sísmica alcanza su pico. Según el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), diciembre es el mes que registra más sismos de magnitud 6 o superiores desde 1900.

Los números hablan por sí mismos: en diciembre se han contabilizado 38 sismos significativos, superando a meses como abril, junio y enero. Por el contrario, septiembre ocupa la quinta posición con 28 sismos de esta magnitud.

Para aquellos que argumentan que la magnitud no lo es todo, el análisis también incluye sismos de 7 grados o más. Septiembre lidera esta categoría con 12 eventos, pero diciembre le pisa los talones con 11. Esto desafía la percepción común de que septiembre es el epicentro sísmico del año.

En momentos donde la incertidumbre sísmica se une a la temporada festiva, las autoridades de Protección Civil recuerdan la importancia de la preparación. Desde hacer un plan familiar de protección civil hasta identificar las zonas de seguridad, estas medidas son cruciales en una zona sísmica como México.

El Sismológico Nacional insta a mantener la calma durante un sismo, alejarse de objetos peligrosos y, en el caso de encontrarse en zonas costeras, buscar refugio en áreas elevadas. Después del sismo, se recomienda revisar la casa en busca de daños, utilizar el teléfono solo en casos de emergencia y, sobre todo, no caer en rumores infundados.

En una tierra donde la actividad sísmica es parte de la realidad cotidiana, comprender la verdadera distribución de los sismos a lo largo del año se convierte en conocimiento vital para la seguridad pública. La ciencia, una vez más, desafía las percepciones arraigadas y nos recuerda la necesidad constante de preparación y precaución.

Con información de El Financiero

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