Claudia Sheinbaum Pardo hizo historia al convertirse el 1 de octubre en la primera mujer presidenta de México y de Norteamérica. Con 36 millones de votos, alcanzó la mayor votación para un candidato presidencial en el país. Sin embargo, su primer discurso no estuvo exento de controversia.
Durante la ceremonia de protesta, Sheinbaum dedicó los primeros cinco minutos de su discurso a elogiar a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Este acto generó críticas, sobre todo del periodista Carlos Loret de Mola, quien lo calificó como “un culto a la personalidad”.
En su programa de Latinus, Loret expresó su desconcierto por el hecho de que Sheinbaum pasara 18 minutos enalteciendo el gobierno de AMLO antes de presentar sus propias propuestas.
“Cuando terminó de elogiar a su gobierno, comenzaron sus propuestas, que fundamentalmente eran las mismas de él”, comentó Loret. Según el periodista, el discurso de Sheinbaum fue una continuación de la agenda de AMLO, y solo un puñado de las promesas eran verdaderamente nuevas.
El comunicador destacó que, tras media hora de intervenciones, las iniciativas que emergieron incluían tres nuevos programas sociales, un millón de viviendas, y un plan para digitalizar al país, además de combatir la contaminación. Sin embargo, reservó el mensaje más potente para el final: un llamado al avance de las mujeres en la política.
Loret también mencionó que la presidenta pareció no tener la intención de diferenciar su estilo de gobierno del de López Obrador, lo que él interpretó como una falta de autonomía en su nuevo mandato. “Ni siquiera de dejar ver, al menos aún, un estilo propio”, subrayó.
La crítica de Loret se centra en que Sheinbaum, en lugar de marcar un nuevo rumbo, continuó con la misma “receta obradorista”. De hecho, afirmó que recuperó íntegramente 26 de los temas que AMLO mencionó hace seis años, durante su propia campaña presidencial.
Así, el primer discurso de la presidenta Sheinbaum, en vez de ser un acto de renovación política, ha sido visto por algunos como una reafirmación de la continuidad del estilo de gobernar que ha caracterizado la administración de López Obrador.
