Un estudio sobre el pepino de mar filipino muestra que puede tener aplicaciones biomédicas
Un pequeño equipo de científicos marinos y químicos del Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Filipinas ha descubierto que un tipo de pepino de mar que se encuentra localmente puede tener aplicaciones biomédicas. En su estudio, publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE, el grupo realizó un estudio metabolómico de Stichopus cf. horrens, una especie de pepino de mar que se encuentra frente a la costa de Filipinas.
Los pepinos de mar que se encuentran frente a las costas de muchas islas filipinas y otras partes del sudeste asiático, al igual que los de especies relacionadas en Asia, se han considerado durante mucho tiempo un manjar tanto culinario como medicinal. Después de recuperarlos del mar, normalmente se secan antes de venderlos al público. En este nuevo esfuerzo, el equipo de investigación señaló que se ha realizado muy poca investigación sobre la especie; por lo tanto, no se sabe si las afirmaciones sobre los beneficios medicinales son ciertas. Para averiguarlo, realizaron un estudio en su laboratorio.
Los investigadores obtuvieron varias muestras de pepinos y realizaron un análisis metabolómico, un proceso que implica análisis químicos y biológicos con el objetivo de identificar compuestos que puedan usarse como fuente de alimento o terapia médica.
Descubrieron que los pepinos de mar tenían una gran cantidad de compuestos bioactivos en el material que forma las paredes que cubren su cuerpo y también en varios de sus órganos internos.
Entre los tipos de compuestos que encontraron se encontraban las fosfatidilcolinas, que se encuentran en una amplia variedad de alimentos, como la soja, los huevos, el girasol y la mostaza. Algunos estudios han sugerido que dichos compuestos pueden aliviar el dolor asociado con la colitis ulcerosa; los compuestos tienden a reducir la inflamación en el tracto gastrointestinal cuando se ingieren.
El equipo de investigación también encontró varias fosfatidiletanolaminas, que, según ellos, probablemente estén relacionadas con una respuesta de estrés por parte de los pepinos de mar cuando se les presenta una amenaza, como que los humanos los recojan del fondo del mar. Sugieren que más estudios de los pepinos de mar podrían revelar compuestos útiles y cómo dichos compuestos se ven afectados por los métodos de procesamiento.