En opinión de Rodolfo Villarreal Ríos
Venustiano Carranza Garza en el camino para ser candidato a Gobernador de Coahuila
RODOLFO VILLARREAL RÍOS
Estamos conscientes de que, en los tiempos que corren, referirse a quien diseñó el Estado Mexicano Moderno es caer en la categoría de sacrílegos. Ahora, nos venden que el único a homenajear es aquel quien se especializó en preparar montas para Nachito y, tiempo después, lanzar el Plan de Ayala que no era sino un llamamiento para derrocar al presidente Madero González, aun cuando ahora nos lo quieran vender como la publicación máxima de la Revolución Mexicana.
Pero en este tópico no ahondaremos, de lo que habremos de ocuparnos en esta colaboración, y en la próxima, es de revisar lo ocurrido en una etapa poco abordada del estadista Venustiano Carranza Garza, su candidatura, en 1909, para convertirse en gobernador de Coahuila.
Una de las tantas críticas que don Venustiano ha recibido a lo largo de la historia es que fue Senador en los tiempos del presidente Díaz Mori. Efectivamente, durante aquellos años, también, fue presidente municipal de Cuatro Ciénegas, diputado local y gobernador interino. Ante eso, no dudan en calificarlo de porfirista-científico-reaccionario y cuanto epíteto tienen a la mano. Antes de adentrarnos en dar una vuelta por los días en que Carranza se convierte en candidato a gobernador, debemos de recordar que ese cargo lo ocupó en forma interina entre septiembre y noviembre e de 1908 cuando sustituyó a Miguel Cárdenas De Los Santos.
Acorde con los reportes de la prensa de aquellos días, el recién llegado era visto con beneplácito por la población. Conforme al reporte que enviaba el corresponsal de El Diario del Hogar en Saltillo, Eduardo Oyervides, Carranza era una “persona digna por todos conceptos, de probidad intachable, [quien] por sus honrosos antecedentes ha sido recibido con beneplácito por todas las personas amantes del orden y del progreso y han visto en él la más halagadora esperanza para el porvenir del estado; en todas las clases sociales se deja sentir un regocijo que precede siempre a los acontecimientos de esta naturaleza…”.
Asimismo, en El Contemporáneo se mencionaba que “el pueblo coahuilense ha visto con satisfacción que el nuevo gobernante no es un administrador novel, sino que conoce las necesidades del pueblo, con una energía y un patriotismo digno de encomio…” En igual forma, se enfatizaba que no era un funcionario de escritorio, sino que se daba tiempo para visitar las dependencias diversas del gobierno estatal, además de tener un horario de trabajo que se alargaba hasta las siete u ocho de la noche, algo inusual en aquellos tiempos.
El texto que reproducimos a continuación podríamos calificarlo de premonitorio. Se afirmaba que “los pasos firmes que da el actual gobierno acusan en el Sr. Carranza a un ciudadano animado de los mejores deseos por el bien público y por cuyo motivo, todos los que han seguido el camino que lleva, dicen a coro que tan digno ciudadano tiene mucho que ver con los verdaderos estadistas”. El tiempo daría la razón a quien haya escrito eso, ahí había madera de estadista. Pero en el inter, mucha agua habría de correr por debajo de los puentes.
Tras de que el 21 de noviembre de 1908, Carranza entregara el mando de regreso a Cárdenas, la política coahuilense empezó a tomar nuevos derroteros cuando el gobernador anunció que no habría de contender para el período siguiente. En ese contexto, se empezó a manejar que Carranza podría ser el candidato adecuado para sucederlo. Esto no quedó en un mero enunciado.
En El Diario del Hogar, se daba a conocer que el 15 de febrero de 1909, en el Teatro Morelos de Saltillo, se reunieron más de 500 personas quienes acudieron a la Gran Convención Electoral. El evento fue presidido por una persona de nombre Francisco Ygnacio Madero González. “Asistieron representantes de clubs independientes de Satillo, San Pedro, Torreón, General Cepeda, Ramos Arizpe, Arteaga y Gómez Farías…” Los oradores en el acto fueron el ya mencionado Madero, “Adrián Valdés, José Elizondo, Lic. Jacobo M. Aguirre y Cruz Cepeda Flores [quienes] acordaron aceptar la candidatura de don Venustiano Carranza para gobernador del estado, siempre que él se comprometiera solemnemente a sostener el principio de no reelección y libertad absoluta del sufragio”.
Al respecto, el corresponsal mencionaba que esto le generaba dudas pues Carranza pertenecía al grupo gobiernista y no creía que fuera a cumplir con los requisitos que se le solicitaban. Ahora que, si Carranza se comprometía a cumplir con lo solicitado, definitivamente no habría de ser el candidato del Centro del país.
Pero, había un semanario que no tenían dudas sobre la candidatura de Carranza, se trataba del órgano del Centro Mutualista de la República Mexicana, El Heraldo de Morelos. En su edición del 28 de febrero, exaltaba las virtudes cívicas del coahuilense, al tiempo que destacaba la simpatía que había generado entre sus paisanos el anuncio de su candidatura.
“El pueblo en masa durante los últimos días que estuvo en Saltillo el Sr. Carranza, lo vitoreaban por las calles. El día 6 del corriente las personalidades más distinguidas, acompañadas de un numeroso grupo de obreros, fueron a ofrecerle su candidatura que el Círculo Político denominado ‘Carrancista, Victoriano Cepeda’ había fundado para trabajar por ella en los próximos comicios”. Pero no todo iba sobre ruedas.
Si bien, durante los meses siguientes se continuaron dando manifestaciones de apoyo a Carranza, su candidatura tenia algunos bemoles. El coahuilense nunca negó su pertenencia al grupo del ex gobernador de Nuevo León, el general Bernardo Reyes Ogazón. Esta simpatía habría de generar que el vicepresidente de la república, Ramón Corral Verdugo, echara a andar la maquinaria de sus partidarios para impedir que Carranza fuera a adjudicarse sin obstáculos la victoria electoral. De esa manera, se cumplía la premonición del corresponsal anónimo de El Diario del Hogar, el nativo de Cuatro Ciénegas no sería el candidato del Centro. En ese entorno, Corral aceitó a un periódico, El Debate, para que publicara artículos en contra de Carranza.
Antes de continuar, para que usted lector amable se percate de por donde andaban las querencias de esta publicación, le comentaremos que era dirigido por Guillermo Pous hombre de las confianzas del presidente Díaz Mori y del jefe de los Científicos, Rosendo Pineda. Entre los colabores del diario, se encontraba una tercia que, unos años más tarde, habría de formar parte del círculo cercano del chacal Huerta, Nemesio García Naranjo, José María Lozano Rábago y Francisco Modesto del Sagrado Corazón de Jesús De Olaguibel y Tablada. Con esos antecedentes, vayamos a lo que publicaba El Debate en relación con la candidatura de Carranza.
El 24 de julio, en un escrito titulado “Reacción Política en Coahuila”, indicaba que si bien en un principio el anuncio de la candidatura de Carranza se tomó con simpatía, “sin reflexión de ninguna clase, sólo guiados por el vehemente deseo de que se operara un cambio en la administración, una mayoría del pueblo coahuilense, aceptó con simpatía la candidato propuesto haciéndose todas las mas quiméricas ilusiones para el porvenir del estado, dadas las virtudes cívicas y prendas personales del señor Carranza”.
Hasta ahí llegaba el halago porque, inmediatamente, se aducía que Carranza era una hechura del general Reyes y que como este controlaba al gobernador Cárdenas, pues no habría de darse cambio alguno por lo que ”necesariamente tiene que seguir la misma política opresiva y tiránica de que somos victimas los coahuilenses; temerosos de que sigan ocupando los puestos públicos de importancia, aquellos hombres venales y arbitrarios que, sólo por haber alcanzado la confianza del mandarín, se creen autorizados para vejar a los ciudadanos pacíficos, seguros de su impunidad, se ha pensado buscar otro candidato, que a las cualidades de honradez, ilustración y amor al progreso, reúna las de energía, imparcialidad y carencia de vínculos con facciones políticas; que sacuda la ominosa tutoría del impulsivo general Reyes, y animado de sanos ideales, haga una limpia completa de todos los malos empleados y funcionarios públicos que tanto han contribuido al desprestigio del gobierno actual…”.
Para no quedarse en la nada, se proponía que el candidato a gobernador fuera el doctor Dionisio García Fuentes quien, en dos ocasiones (1893-1895 y 1909-1913), fuera director del Ateneo Fuente, a la vez que lanzaban alabanzas a don Porfirio y a Corral. Eso era apenas el preámbulo de los ataques a Carranza por parte de El Debate.
Con la prensa bien aceitada con grasa corralista, el 4 de agosto, aparecía una nota titulada, “Una amenaza contra la prosperidad de Coahuila”. Se enfatizaba que Coahuila era “uno de los estados más ricos y de más importancia en la Republica, por la situación y la naturaleza de sus producciones; que es un centro ferrocarrilero de primer orden, y que cuenta con ciudades prósperas debido todo al esfuerzo y a la iniciativa individual, necesita para consumar su grandeza, de una administración soberana e independiente en su régimen interior, que tenga un sello netamente coahuilense, sin ramificaciones, ni ligas ilícitas con los gobiernos de otros estados, a fin de dar protección a los intereses y derechos de los ciudadanos de Coahuila.” Nada como inflamar el chauvinismo regional para después buscar que les compraran el producto a vender.
Tras de atacar al gobernador Cárdenas y al general Reyes, se mencionaba que “el verdadero toque de alarma ha sido la postulación de don Venustiano Carranza para gobernador. Los antecedentes de este candidato, su pobreza de espíritu, su ridícula manía de ser hombre de espada y de contienda, cuando sólo es un adinerado burgués, y especialmente la sumisión incondicional y punible, de que ha dado pruebas, hacia el general Reyes, son defectos absolutos que lo excluyen de un modo absoluto para regir los destinos de Coahuila”.
A ello, le agregaban que Carranza, irremediablemente, habría de continuar la política de Cárdenas. En síntesis, desde la perspectiva de El Debate, don Venustiano no sería sino un títere. Esta, sin embargo, no era la perspectiva que respecto al estadista del futuro tenía don Filomeno Mata Rodríguez en El Diario del Hogar. Acerca de eso y como terminó el intento de Carranza Garza para convertirse, vía elecciones, en gobernador de Coahuila, les comentaremos la semana próxima, siempre y cuando así lo decida usted, lector amable. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (24.46.140) Como preámbulo a la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI), unos días antes, el ciudadano Bergoglio Sívori exigió “una investigación sobre las acusaciones de genocidio por las acciones de Israel en la Franja de Gaza”. ¿Por qué no condenó a los terroristas de Hamas que cometieron los crímenes hace más de un año y durante ese lapso no han tenido empacho en utilizar a mujeres, enfermos y niños como escudos humanos sin importarles que sean sacrificados?
Aun cuando quieran ocultarlo, al final, por debajo de la sotana asoma el antisemitismo que ha sido una de las divisas de la multinacional más antigua. Si alguien lo duda, lo invitamos a revisar la historia. Apunte al calce, ¿No se avergonzarán los católicos de que su líder haya aparecido en calidad de telonero de la CPI?
Añadido (24.46.141) Fincó su campaña en el chistorete y la leperada sin ser capaz de presentar una propuesta concreta y ahora quiere armar su partido político.
¿Acaso fue eso lo que le prometieron por salir a reconocer la derrota cuando aún no terminaban de contarse los votos? Por cierto, ¿No habrá alguien quien le haya dicho que la mayoría de los sufragios que obtuvo no fueron necesariamente por que se tratara de ella?
Añadido (24.26.142) En el mundo paralelo del oficialismo, la economía crece, la inflación baja, el país está en santa paz y la voz de sus gobernantes es escuchada con respeto en los confines internacionales. Y, todavía, hay quienes niegan la belleza de la realidad virtual.