En opinión de Carlos Ferreyra
Con la “Che” en la frente

El país, parece obvio, llegó a la finca del macuspano aún sin finalizar su sexenio. Parece que esa letra ya inexistente en el antiguo abecedario y ocupando la 4ta posición, la llevamos tatuada en la frente y es símbolo y destino.

Popularmente la gente reconoce a la aspirante de la oposición como “Chóchil”. No se atreve a mexicanizar la letra “X” que quedaría el “J” ni a traducirla a otras lenguas porque sería ese “h”.

El caso de la suspirante oficial es parecido, y la gente le dice la “Cheinbaum” de alguna manera remarcando el futuro de este país que ya está en la “Che” pejiana y va para peor.

Con la conciencia de toda una vida viendo procesos electorales y mirando la imposición política de este país, en esta oportunidad me parece que aunque son las propuestas presidenciales más tristes, más incapaces, y dicho con pretensiones de sabiduría política la menos preparada en propuestas para resolver los problemas nacionales.

De la Cheimbaun poco puede decirse que no sea reflejo de su titiritero. Carece de imaginación y su cultura política se circunscribe a la repetición de los gestos prepotentes y absolutistas de su maestro.

Chóchil que no vendió gelatinas y pertenece a una familia muy acomodada que le permitió cursar altos estudios en el extranjero, es seguro que es una experta en los términos de su profesión, pero una ignorante en lo que afecta a los mexicanos.

La escuchamos, regañona, respondiendo una señora a la que critica no haber hecho un patrimonio a los 71 años de vida. No, la señora Gálvez ignora que la mayoría de los trabajadores somos víctima de los empleadores que evaden sus compromisos contractuales y nos impiden tener continuidad y permanencia en el régimen de seguridad social.

Un ejemplo personal, empecé a cotizar el primer mes de 1953 en el seguro social en el ínterin, estuve más de 20 años en cargos de alta responsabilidad y salario muy elevado en el sector público.

El seguro social me ha asignado una pensión casi simbólica y en la administración pública bastó la decisión de alguien que dictaminó el extravío, la pérdida, o el ocultamiento de mis derechos como laborante. No existo, no hay reconocimiento para mi trayectoria profesional.

Consulto a mis amigos y todos coinciden en que el debate entre los tres aspirantes se centró por un lado en expresiones de calificándose mutuamente ambas damas mientras el sujeto surgido de las entrañas de él Dante era exhibido, ahogado de borracho en actitudes, prepotentes y agresivas.

En síntesis el tal debate que no pude seguir por mí creciente ceguera y mi cada día mayor falta de capacidad auditiva, Muestra la triste realidad de una clase política que tuvo ejemplos claros de sabiduría, de dignidad y de oficio al servicio del pueblo.

De la relación de candidatos a senadores y a gobernador de la Ciudad de México, nuestro añorado DF, encontramos que al oportunista que siempre surge lo acompañan varios aspirantes, gente de recursos amplios que han tomado la política y los órganos de gobierno como simple cuestión de lucimiento para el historial personal.

Molesto, tramposo, y de muy dudoso honorabilidad tendremos que añorar a seres como Porfirio Muñoz Ledo, que si no resolvía al menos alborotaba el gallinero.

Y no se trata de lanzar la piedra con disimulo, Porfirio apoyó a Díaz Ordaz y luego respaldó a Echeverría deteniendo su actuación oficial al llegar a la presidencia, su enemigo personal, Miguel de la Madrid hurtado pero en su posterior maromero y saltando de un partido a otro siguió agitando a los inconformes.

Muchos otros ejemplos pueden mencionarse pero en la actualidad no existe la mente brillante que los inquiete.

Para los morenistas el “Peje” es ley, su palabra sagrada y sus decisiones la tabla que contiene los principios de la divinidad, él.

De lado de Chóchil inclusive los porros que lucían los colores marianos en su atuendo han desaparecido, pero mal notorio todavía la falta de participación de los tricolores.

Mientras desde los meandros del Dante y las burdeleras sesiones de los verdes se despachan con la cuchara grande. Hasta hace un par de elecciones tanto naranja como ecologistas debían colgarse de algún otro partido para conservar los registros.

Se acabaron tales angustias y hoy ofrecen apoyo pero a cambio de posiciones fuertes, principalmente en el senado.

Y bueno, en mi rancho dicen que así va el abarrote y no hay dónde más buscar. Acompañaremos a López Obrador en su retiro en la finca donde esperaremos nuestro futuro con la “Che” en la frente.

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