Redacción MX Político.- A pesar de las negativas del gobierno, México enfrenta una creciente crisis por el fentanilo, una droga altamente peligrosa y adictiva. La clínica privada «Profesionales Contra la Adicción» en Tijuana, fundada por el doctor José Curiel, ha sido un refugio para personas luchando contra la adicción a la heroína y los opioides durante más de dos décadas.
Sin embargo, en noviembre de 2022, la pesadilla comenzó para sus pacientes cuando el gobierno mexicano suspendió la producción y venta de metadona, un medicamento vital para su tratamiento.
La metadona había sido una herramienta crucial para ayudar a los pacientes a superar sus adicciones, pero su escasez llevó a muchos de ellos a recaer en drogas más peligrosas, como el fentanilo.
A pesar de que la crisis de los opioides suele asociarse a Estados Unidos, México ha estado lidiando con el problema desde 2017, cuando el fentanilo comenzó a popularizarse en el país.
El fentanilo es una droga extremadamente potente, hasta 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina. A pesar de su peligrosidad, es de fácil acceso y tiene un costo asequible, lo que ha llevado a un aumento en su consumo. La falta de coordinación entre las autoridades sanitarias y ministeriales ha llevado a una falta de reconocimiento oficial de la crisis por parte del gobierno federal.
Tijuana, la más afectada
Tijuana, en particular, ha sido golpeada duramente por esta crisis, con sobredosis cada vez más comunes. En 2022, la Cruz Roja atendió a 653 personas por sobredosis en la ciudad, y en lo que va de 2023, se han registrado 96 sobredosis en un solo mes.
La magnitud de la crisis ha llevado al Servicio Médico Forense (Semefo) a implementar un programa para identificar las muertes relacionadas con el fentanilo, ya que las víctimas a menudo mueren por asfixia, lo que provoca que su piel adquiera un tono azulado.
A pesar de los esfuerzos de los médicos de la frontera norte para abordar el problema mediante el uso de naloxona, un medicamento que contrarresta los efectos del fentanilo, su disponibilidad es limitada y costosa en México. Además, algunos carteles han comenzado a vender fentanilo haciéndolo pasar por otras drogas como cocaína o heroína, lo que complica aún más la situación.
La falta de detección obligatoria de fentanilo en muertes violentas en México ha llevado a que los datos reales sobre el consumo de esta droga en el país no estén actualizados, permitiendo al gobierno federal ignorar y negar la magnitud del problema. La crisis de fentanilo en México es real y urgente, y requiere una atención inmediata para evitar más daños a la sociedad y a quienes luchan contra la adicción.
