¡Diosito! ¡Qué pecado más grande! La masturbación «se está poniendo de moda en las películas» / Por Antonio Balam

DIARIO DE ANTHONY

7:23 p.m. “Señoras y señores, damas y caballos… Con ustedes, ¡el señor ballena al que le gusta jugar mucho con su cosita! Por cinco dólares, ¡pasen y véanlo sacar lava ardiente por su cosita…! ¡LA BALLLENA MÁS MAS-TURBA-DORA!”

“… Y el Oscar a mejor más-turbación es para… Movi-dick!” (Ja. Qué curioso que esa puta ballena se llame “Moby-DICK”. Para los que no lo sepan, “dick” en inglés significa “cosita”, es decir ver…de. Es decir… ¡Ya saben! Soy tan casto y puro que no me atrevo a escribir esa palabra tan fea… Además, ¡Diosito podría castigarme! ¿Más, Anthony? Sí, más. Y más si me mas… Más si juego con mi cosita, como lo hace ese hombre ballena en su película de vida…)

Primero fue el gordo mantecoso y asqueroso, pretencioso a más no poder, a quien se le ocurrió poner en su película ÑOÑA a una estúpida mujer muda, que no puede hablar, pero sí jugar con su… dedito. “Chop, chop, chop. Ah, ah, ah…” “Cómo amo mi dedito dice la muda, no con su voz, sino con sus ojos, que una y otra vez entorna, mientras su dedito va haciendo lo suyo… “Chop, chop, chop. Ah, ah, ah”.

¡Estúpido pretencioso! ¡Deberían de capturarte y hacerte COCHINTA PIBIL! Tienes tanta grasa que… Unas tortas o tacos de ti sabrían muy rico… 

“…Y el Oscar para la mejor fonda de tortas y tacos de cochinita pibil es para… ¡LA FORMA DE SU GRASA!” 

“Una mujer muda con cara de idiota que se masturba todas las mañanas… Y ahora, una puta ballena…” Me pregunto quién será el siguiente que pondrá en su puta película una escena de masturbación…

Creo que ¡seré yo! Escribiré la historia de un anciano de ochenta años, que es TRANS-FORMER. En su pasado “fue mujer”, pero, después de tantos años de luchar, al fin logró TRANS-FORMARSE. 

Y entonces al fin fue feliz, porque entonces él AL FIN TENÍA AHORA LO QUE SIEMPRE HABÍA DESEADO TENER: ¡UN PENE!

Y pues, como le había costado muchísimo trabajo conseguir tener “aquel pedacito” entre sus piernas, pues él ahora no dejaba pasar NI UN SOLO PUTO DÍA SIN JUGAR CON SU COSITA, que, increíblemente, todavía sacaba lava caliente, aunque ésta no era natural, sino más bien un tanto artificial. (El viejito compraba en la farmacia, cada vez que cobraba “su 70 y más”, “su bolsa de un litro de lava ardiente, que no era igual a la lava que sacan los volcanes, pero sí que era un tanto similar”).

¿Así; o hago más pretenciosa mi película? “El hombre que tenía una rayita” o “EL Trans-former”. Así, creo, se llamará “mi película”. 

¡Diosito! ¡No hay nada más en este mundo que me cause TAN LASTIMA Y REPULSIÓN COMO LA PRETENSIÓN! 

Imbéciles que se creen muy únicos y originales… (Como el pobre mexic-ano cuando se emborracha y le sale ¡lo macho! ¡LO HOMBRE! Aunque por dentro sea más marica que Elton John y demás compinches…) PURA PRETENSIÓN QUE DA PENA AJENA…

Pero yo, en lo absoluto me gusta DESPERTARLOS, sino que, todo lo contrario. Disfruto verlos “en sus estúpidas burbujas de autoengaño”, creyéndose únicos, originales y la puta última Coca-Cola del desierto…

¿Algo más que quieras decir, Anthony? 

Mierda. ¡No! ¡Ya me cansé!

Atte. Tu más casto escritor…

Anthony Smart

Marzo/21/2023

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