‘El Grande’: Un testigo ‘milusos’, usado por todos… y ‘para todo’

Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, declaró en el juicio a García Luna, reconociendo que entregaba sobornos a García Luna de parte del Cártel de Sinaloa (CDS).

Redacción MX Político.- Sergio Villarreal Barragán, «El Grande», vestido con un traje negro y corbata del mismo color, el cabello corto y gris, con voz clara, pausada, relató su historia personal al Fiscal del Distrito Este de Nueva York.

Su ingreso a la Policía Judicial Estatal de Tamaulipas y su primer trabajo a la orden de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, en el Cártel de Juárez, “el más poderoso entonces”, según destacó.

Después vino el estribillo –al parecer esperado-; para lo que casi siempre llevan a este “testigo”, de varios juicios y de varios “capos” del narcotráfico en Estados Unidos:

“El Grande” detalló que cuando comenzó a trabajar para el clan de los Beltrán Leyva en 2001, García Luna ya estaba en la nómina del Cártel y se le siguió pagando hasta la muerte de Arturo Beltrán Leyva, el 16 de diciembre de 2009.

Tras un largo discurso del Juez al jurado sobre lo que debe hacer y cómo debe comportarse a lo largo de las ocho semanas que se prevé que dure el juicio, la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York presentó sus alegatos contra el ex funcionario federal mexicano.

Sergio Villarreal Barragán, “El Grande”, ex policía federal y ex lugarteniente de Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, testificó este lunes que vio en “varias ocasiones” a Genaro García Luna, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública de México, “para pagarle sobornos de parte del Cártel de Sinaloa“.

“El Grande”, primer testigo de la Fiscalía del Distrito Este de Nueva York, “nos daba información sobre operaciones contra el Cártel… Nos ayudaba a poner y quitar agentes en cualquier parte de México y compartía información para que pudiéramos golpear a nuestros rivales. Gracias a su ayuda, aseveró, fue que el cártel creció tanto”, dijo Villarreal Barragán.

Señalando un mapa de la República Mexicana, “El Grande” recordó que “en 2001 el cártel controlaba seis estados” pero hasta el 12 de septiembre de 2010, cuando fue detenido, ya controlaban 18 entidades.

“El Grande” indicó que conflictos con el Cártel del Golfo, que entonces dirigía Osiel Cárdenas Guillén, los cuales “quemaron mis negocios y mataron a mi cuñado”, lo hicieron acercarse a Arturo Beltrán Leyva, “en ese momento socio” de “El Chapo” Guzmán y de Ismael Mario Zambada García, “El Mayo”. Asimismo, reveló que su papel dentro del Cártel de Sinaloa (CDS) fue armar rutas de trasiego de drogas del centro al norte del País y acercarse a funcionarios “para entregar sobornos”.

Según la acusación de “El Grande”, García Luna habría comenzado su relación con el CDS desde que dirigía la Agencia Federal de Investigación, que dependía de la ahora extinta Procuraduría General de la República y fue creada el 1 de noviembre de 2001, durante el Gobierno de Vicente Fox Quesada.

Villarreal Barragán afirmó durante la audiencia llevada en la Sala 8D-Sur, de la Corte del Distrito Este de Nueva York, que la relación entre García Luna y el Cártel de Sinaloa continuó cuando el acusado era titular de la Secretaría de Seguridad Pública, que controlaba a la Policía Federal.

“El Grande” refirió que Beltrán Leyva le dijo que su relación con las autoridades se limitaba “a la AFI en todo el País”, porque las policías estatales y municipales trabajaban con Cárdenas Guillén.

Como parte del acuerdo “la Agencia Federal de Investigaciones” que ya dirigía García Luna, el acusado “nos entregaba uniformes, camionetas clonadas y charolas que son credenciales de identificación de la agencia”.

“El Grande” especificó que con el pago de sobornos, el Cártel sinaloense podía pasar con seguridad sus cargamentos de drogas. así como obtener información sensible de seguridad respecto las investigaciones que se hacían en contra de dicho grupo delictivo y de sus rivales, facilitando así la importación de múltiples toneladas de cocaína a Estados Unidos.

Pero, no obstante ser solo testimoniales…. Y que en el sistema de derecho de nuestros días, la prueba “reina” dejó de ser desde hace décadas la prueba testimonial, para ceder su lugar preponderante a la ‘prueba pericial’, los juzgados de Nueva York, específicamente los de Manhattan, siguen dando esa preponderancia a los dichos de un convicto hundido en su propio expediente, por hechos plenamente comprobados.

Testimoniales… sólo testimoniales.

Al parecer –y a eso obedece el retraso- a Genaro García Luna, por increíble que se lea… el Juzgado Federal del Este de Manhattan no tiene forma de juzgarlo con pruebas periciales y documentales, por lo que solo pueden echar mano de estos testimonios proveniente de tipos como “El Grande”, un individuo al que la dinámica noticiosa ha hecho aparecer como un gran jefe del narcotráfico, cuando en realidad… nunca lo fue.

Cualquier individuo con escaso trato con el negocio del narcomenudeo incluso, en Culiacán o en cualquier rancho aledaño a la zona metropolitana de la capital sinaloense, siempre debió saber que “El Grande” era un simple “mandadero” con algunas atribuciones y caja chica (con fondo revolvente para operar)… una especie de “chófer de confianza de los jefes”… pero ni a pistolero legó nunca…. Jamás repuntó.

Algo así como la estatura del famoso “JJ” que agredió de un balazo en la cabeza a aquel futbolista paraguayo del América, de un mingitorio a otro, por una discusión de cantina… allegados al Jefe, pero muy lejos de serlo.

Ahora lo usan para múltiples juicios, como un “testigo de calidad”.

Algo que puede incluso explicar el sentido de las declaraciones de “El grande” y restarle validez plena, cuando hay criterios objetivos de parcialidad en un juzgador, sería simplemente el hecho de que fue Genaro García Luna, en su calidad de titular de la SSP federal quien lo arrestó y lo extraditó en 2012.

El tiempo se agota, el sexenio de la 4 T y López Obrador también…. Vertiginosamente se consume y no hay sentnecia en este caso de garcía Luna, ni avance sustantivo alguno.

Es de esperarse que lo haya, por un respeto a la ciudadanía que ha estado expectante y que desea y merece saber de qué lado está la responsabilidad mayor de los dos polos del Gobierno mexicano, hoy en franca disputa: la izquierda radical y la centro-derecha moderada.

Responsabilidad plenamente compartida por ambos bandos, al final… en este negocio de la política no hay santos, ni demonios consumados.

Es de esperarse que en esta administración no se haya querido “jugarle el dedo en la boca” a la sociedad en el manejo de este juicio… porque aun no hay pruebas contundentes.

Y donde no las haya… como dijera la amenaza de nuestras madres y abuelas cuando sentenciaba: “Y donde sean mentiras todo lo que has venido promoviendo en contra de García Luna o un simple manejo progandístico-político barato… ¿Qué te hago 4 T?… ¿Qué te hago López Obrador, si son mentiras tuyas?”.

hch

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