En un sitio de entrenamiento militar en Surrey, sureste de Inglaterra, un pequeño equipo de bomberos bombardea con agua los brezales circundantes mientras practican cómo enfrentarse a un tipo diferente de enemigo: el cambio climático.
El servicio de bomberos del condado está invirtiendo en nuevos equipos, capacitación y tácticas para responder a la amenaza de incendios forestales, que aumenta a medida que el clima de Gran Bretaña se vuelve más seco e impredecible.
El verano pasado, cuando el país registró sequías y la temperatura más alta de su historia, se produjo una serie de incendios forestales, incluido uno de los más grandes en la historia reciente del Reino Unido en Surrey, que se extendió a lo largo de 10 kilómetros (6,2 millas).
Según el servicio de bomberos, en partes de la región también se están produciendo incendios forestales fuera de los meses de verano, que suelen ser más calurosos y secos.
Sin embargo, Surrey no es única dentro del Reino Unido, ya que los incendios forestales ocurren cada vez más en todo el país, a pesar de su reputación de clima húmedo y colinas verdes.
«Ahora estamos tratando los incendios forestales como de costumbre», dijo Matt Oakley, oficial de investigación de incendios de Surrey, mientras sus colegas mostraban su nuevo equipo en el lugar, que fue quemado por un incendio forestal el año pasado.
«Y las condiciones se volverán más extremas a medida que avancen las próximas dos décadas», dijo a la AFP, culpando al aumento de las temperaturas globales.
