En opinión de Gregorio Ortega Molina
La Costumbre del Poder: De las dos no se hace una

*Por sus rostros, su manera de ver, de detenerse a observar, por la sonrisa o la mueca, por la manera de vestir, supongo que es más receptiva y capaz de escuchar la descendiente de los pueblos originarios, que la hija de las culturas centroeuropeas

*Emberrinchado el señor Manuel Andrés López Obrador, quien todavía funge y finge como presidente de la República, porque hay un linchamiento político en contra de su Lelo de Larrea, dice él. Y le preguntamos, ¿qué con los linchamientos organizados a diario desde su tribuna presidencial, en contra de Loret, López Dóriga, Riva Palacio, o toda esa mafia del poder que ve con desdén y fue sustituida por los señores del narco?

Gregorio Ortega Molina

En enero de 1977, cuando ingresé a la Dirección General de Mejoramiento Profesional del Magisterio, bajo la batuta de Idolina Moguel Contreras, la maestra nunca se cansó de repetirme que las mujeres en el poder son incorruptibles, insobornables, moralmente superiores a los hombres.

     Nunca lo consideré como la verdad revelada, porque sé que los seres humanos, sin importar sexo, también la actual diversidad incluyente, padecen de las debilidades que los convierten en lo que son, en eso precisamente, en mujeres y hombres víctimas de sus propias pulsiones y necesidades.

     Ahí están las declaraciones de Ricardo Benjamín Salinas Pliego del 19 de marzo último, donde sin pelos en la lengua sostiene que los gobernantes de hoy no son diferentes, y sí tan corruptos como los de ayer y los de antier.

     Con las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez ocurrirá lo mismo, porque hasta la fecha no existe nadie que sea omnisciente y omnipresente para resolver los problemas de la Patria él mismo. Los retos son complejos, difíciles, empeorados porque Manuel Andrés López Obrador actúa como esos niños que, si no juegan ellos con su juguete, lo rompen. Se ha encargado de destruir las instituciones y desacreditar el mandato constitucional, su razón de existir es violentarlo, patearlo, exhibirlo como una norma inútil.

     Las candidatas tienen enfrente los problemas que los hombres encargados del poder no pudieron o no quisieron resolver, además de los que el actual presidente de la República se ha solazado en podrir, como el sector salud, Pemex, seguridad y los muy cristianos abrazos a los narcos.

     Solas, son como todos, requieren de aprender a escuchar y de la necesaria humildad para aceptar las opiniones contrarias y, en su caso, adoptarlas como suyas, pues únicamente los expertos en cada una de las materias de la gobernanza, podrán aportarles los datos correctos -nunca los otros datos- y proponerles las soluciones adecuadas, acordes a los recursos existentes para aplicarlas, los plazos y las metas.

     Por sus rostros, su manera de ver, de detenerse a observar, por la sonrisa o la mueca, por la manera de vestir, supongo que es más receptiva y capaz de escuchar la descendiente de los pueblos originarios, que la hija de las culturas centroeuropeas.

     Para el tres de junio podremos percatarnos qué tanto y cuáles encuestas fueron manipuladas, para considerar que lo adecuado para los electores era cruzarse de brazos, pues todo sería decidido por el gurú de Palacio Nacional.

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Confirmaremos lo dicho por Yogui Berra: esto no se acaba, hasta que se acaba.

     Emberrinchado el señor Manuel Andrés López Obrador, quien todavía funge y finge como presidente de la República, porque hay un linchamiento político en contra de su Lelo de Larrea, dice él. Y le preguntamos, ¿qué con los linchamientos organizados a diario desde su tribuna presidencial, en contra de Loret, López Dóriga, Riva Palacio, o toda esa mafia del poder que ve con desdén y fue sustituida por los señores del narco?

     Ahora es cuando lo medirán con la vara con la que ha medido a sus enemigos, gratuitos casi todos.

www.gregorioortega.blog                                           @OrtegaGregorio

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