El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, recibió el viernes al primer ministro de Japón, Fumio Kishida, en su primera visita al país. Ambos se reunieron en la capital de Brasilia y el líder sudamericano instó a su homólogo a comprar carne vacuna de su país.
Brasil había querido aprovechar la reunión bilateral para impulsar un acuerdo para abrir los mercados japoneses a la carne brasileña, un objetivo que el país latinoamericano ha perseguido desde 2005. En un llamamiento al primer ministro, Lula insistió en que debería comer en un asador durante su viaje.
“No sé qué cenaron anoche”, dijo Lula durante la rueda de prensa, mirando a Kishida y a la delegación japonesa, para luego dirigir su atención al vicepresidente Geraldo Alckmin, que también es ministro de Industria, Comercio y Desarrollo. y Comercio. “Por favor, lleve al primer ministro Fumio a comer carne al mejor restaurante de Sao Paulo para que, la semana siguiente, empiece a importar nuestra carne”.
Bajo Lula, Brasil ha intensificado sus esfuerzos para exportar carne vacuna a los mercados internacionales. Desde principios de 2023, cuando Lula asumió el cargo, 50 países han levantado las restricciones, principalmente en Asia. Según funcionarios brasileños, alrededor del 70% de la carne vacuna consumida en Japón es importada, mientras que el 80% de las importaciones provienen de Estados Unidos y Australia.
“Nuestra carne es más barata y de mejor calidad que la carne que ustedes compran. Ni siquiera sé el precio, pero estoy seguro de que el nuestro es más barato y de extrema calidad”, añadió Lula.
Brasil exportó más de 2 millones de libras de carne vacuna en 2023, apenas superando el récord establecido el año anterior, según datos comerciales oficiales. La nación es el mayor exportador de carne vacuna del mundo y realiza envíos a más de 90 países. Las condiciones sanitarias de la industria ganadera son ahora «mucho mejores que en 2005, particularmente en lo que respecta al reconocimiento de áreas libres de fiebre aftosa sin vacunación», dijo Eduardo Paes Saboia, secretario para Asia y Pacífico del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil. periodistas en Brasilia.
La industria ganadera también es un importante impulsor de la destrucción de la selva amazónica y del Cerrado, una vasta región de sabana tropical. Japón y Brasil acordaron el apoyo japonés a las iniciativas de restauración de las áreas degradadas del Cerrado. Otros acuerdos de cooperación se referían a la cooperación en ciberseguridad y promoción de inversiones, entre otras áreas.
«Existe un gran potencial en la cooperación bilateral para abordar los desafíos globales», dijo Kishida en una conferencia de prensa después de su reunión bilateral.
Añadió que esperaba mejorar la cooperación japonesa y brasileña en medidas de protección ambiental, cambio climático y desarrollo sostenible, mencionando la reciente contribución de su país de 3 millones de dólares al fondo del gobierno brasileño para proteger la selva amazónica. También señaló que 150 ejecutivos japoneses lo acompañaron en el viaje.
Las primeras palabras de Kishida a Lula, según el presidente brasileño, fueron para expresar su solidaridad con las víctimas de las inundaciones en el estado sureño de Rio Grande do Sul, que han matado a 37 personas hasta el viernes por la mañana y decenas más siguen desaparecidas.
Brasil es el hogar de la comunidad japonesa más grande del mundo fuera de Japón, con más de 2,7 millones de ciudadanos japoneses y sus descendientes. Los primeros barcos del país asiático llegaron a Brasil en 1908, y la inmigración alcanzó su punto máximo entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial.
El Primer Ministro Kishida partió hacia Asunción, Paraguay, el viernes por la tarde para asistir a una cumbre empresarial, reunirse con la comunidad japonesa y cenar con el Presidente Santiago Peña. Se espera que el sábado por la mañana regrese a Brasil para reunirse con la comunidad japonesa en Sao Paulo, pronunciar un discurso en la Universidad de Sao Paulo y asistir a una reunión de negocios.
