Uso de opioides en pacientes con dolor crónico se rige por protocolo de salud en CDMX

En vísperas del Día Mundial Contra el Dolor, la responsable del programa de Cuidados Paliativos de la Ciudad de México, Cecilia Palacios, despejó dudas sobre el uso de opioides en pacientes con dolor crónico. Cerca del 20% de las personas que buscan atención médica en la capital por dolor crónico reciben recetas de estos analgésicos como parte de un protocolo estratégico del sector salud para mejorar la calidad de vida de los pacientes.

En una entrevista con Publimetro, Palacios explicó que este enfoque tiene como objetivo garantizar una atención adecuada a aquellos que padecen dolor crónico, evitando la prescripción irresponsable de opioides. Aprovechando la ocasión del Día Mundial Contra el Dolor, la funcionaria de la Secretaría de Salud de la CDMX proporcionó información sobre los diferentes tipos de analgésicos y su uso adecuado. También se ocupó de aclarar mitos y preocupaciones sobre la implementación del fentanilo, un opioide que se considera esencial en el sector de la salud.

Palacios enfatizó que el programa de Cuidados Paliativos de la Ciudad de México establece pautas para la administración de analgésicos y sus coadyuvantes con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes, incluso cuando se trata de personas en estado terminal.

Uno de los aspectos clave que abordó fue la medición del dolor, ya que existen diversas enfermedades y condiciones que lo generan, y la atención debe adaptarse a cada caso. Enfermedades como el cáncer, enfermedades autoinmunes como la artritis o el lupus, o insuficiencias en órganos como el riñón, el hígado o el corazón pueden causar dolor crónico, que puede manifestarse de diversas maneras, como dolor muscular, óseo, visceral o neuropático de difícil control.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido una «Escalera analgésica del dolor» que consta de 10 niveles y se divide en tres sectores principales para medir la intensidad del dolor. En el caso de dolor leve, que comprende los primeros tres niveles de la escalera de la OMS, se recurre a analgésicos antiinflamatorios no esteroides como el diclofenaco, el naproxeno, el ketorolaco o el metamizol. Estos pueden complementarse con medicamentos coadyuvantes como el paracetamol, los esteroides o los anticonvulsivantes.

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