Visita la exposición «Imaginarios Sonoros» en el MNCM
¿Será posible capturar el sonido a través de la imagen? ¿Es la fotografía, acaso, la herramienta antropológica perfecta que nos permite experimentar la atemporalidad de una expresión musical?
El Museo Nacional de las Culturas del Mundo inauguró la exposición «Imaginarios sonoros. Los hacedores de música a través de la fotografía etnográfica», en el marco de la celebración de su 59° aniversario, para mostrar la relevancia de la fotografía como un instrumento de la labor antropológica para recopilar momentos, realidades, fragmentos de vida que se ha expresado a través de la expresión musical y que es legado de nuestras culturas, del mundo y de nuestro México.
Compuesta por 51 fotografías registradas de 1895 a 2023, 20 instrumentos musicales de cuerda, viento y percusiones y una sala de proyección audiovisual, provenientes de la Fonoteca y la Mediateca del INAH, las fototecas Nacional y de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y de colecciones particulares, muestran a las y los herederos de tradiciones ancestrales plasmadas en coplas, melodías y danzas, en sus diferentes escenarios.
En palabras de Ana Galicia, directora de Divulgación-Producción Audiovisual de INAH esta exhibición “enarbola un universo de experiencias individuales a la vez que colectivas a través de las imágenes que pretenden expresar un conjunto de sonidos llenos de una inmensidad de significados que se articulan por medio de la colectividad musical”.
La exposición consta de imágenes y cantos que vinculan a los seres humanos con los dioses, con sus ancestros; de música que forma parte de nuestra vida diaria y cómo las diferentes músicas son como las culturas que se comunican entre sí, pues son frutos humanos propensos al intercambio constante y esto se ve reflejado en sus resultados, en su riqueza sonora y en las múltiples realidades que construyen, pues «todas las músicas son parte de la diversidad de los seres humanos».
La exposición se divide en cinco ejes: el primero rescata los rostros y la labor de los hacedores de música, con diversidad de cantantes e instrumentistas que han adquirido su arte por medio de redes de aprendizaje tradicionales, entre los que destacan los pueblos tzeltales, rarámuri y maya, poseedores de un universo de armonías y géneros musicales, como el calentano, el planeco y la cumbia, entre otros.
El segundo apartado aborda el sonido, el cuerpo y el movimiento como expresiones complementarias a la creación de melodías para transmitir mitos, leyendas e historias. Las y los visitantes podrán observar aspectos de las danzas de moros, pastoras, kúrpites y judea cora, del carnaval ma’álh’amá’ o el fandango fronterizo.
La tercera unidad pone el foco en los instrumentos, destaca su materialidad y las técnicas tradicionales para su fabricación. Tambores, guitarras, arpas, flautas, trompetas, clarines, y arcos toman forma en manos de artesanas, aperturan ritos, anuncian reuniones, acompañan procesiones, o descansan junto a sus intérpretes.
La cuarta temática alude al registro sonoro en campo, y resalta la mirada de las y los investigadores en su paso por las diferentes comunidades mexicanas, como los tecuanes en la Mixteca poblana, la comadrita del Sacromonte, en Amecameca, las pachitas coras de Nayarit o los músicos yokot’an de Tabasco.
El quinto bloque explora las musicalidades en medio del bullicio cotidiano de las ciudades.
Visita esta exposición de martes a domingo, en un horario de 10 a 18 horas, en calle Moneda 10, Centro Histórico de la Ciudad de México. Podrás disfrutarla hasta marzo del 2025. La entrada es libre.