En opinión de Javier Roldán Dávila
Ana Gabriela Guevara a La Casa de los Famosos
La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Para los amigos oídos sordos, para los enemigos el catecismo de Ripalda a secas
La Casa de los Famosos, es un reality show exitoso en términos de rating, desde luego, su temática no tiene nada que ver con el fomento de los valores éticos, la fórmula básica es el sensacionalismo, nadie se espanta de eso, al final del día, es como las llamadas a misa.
Por ello, es de sorprender que fuera tema de reflexión en ‘la mañanera’, pero, entendemos que los líderes providenciales, como el presidente López Obrador, hablan de todo.
Así pues, el mandatario afirmó que la secretaría de Gobernación, no se metería a censurar los contenidos del programa de Televisa, sin embargo, fiel a su costumbre, no perdió la oportunidad para darles un raspón y dijo:
“Lo que tienen que hacer los dueños es autolimitarse, por cuestiones de decencia, de ética, o sea Emilio Azcárraga y los dueños de Televisa. Ni modo que estén permitiendo vulgaridad, expresiones tóxicas o insultos” y, agregó: “en caso de que haya ‘excesos’, la población dejará de consumir tales contenidos”.
La conclusión es sencilla, como el pueblo es sabio (risas), no es necesario que la SEGOB intervenga, además, si los machuchones de la televisora se niegan a autolimitarse (siguen las risas), la gente dejará de verlos (más risas).
No obstante, el señor presidente debería vigilar a sus ovejas, ya que, bastaría leer los dichos de Ana Gabriela Guevara, para repensar si la ex velocista está en el lugar correcto, veamos:
“Todo lo que gano me lo trago, me lo unto y me lo visto como me da mi chingada gana”.
Qué pues don Andrés: ¿le pedirá a la señora que se autolimite o de plano la cancelamos?