Oaxaca

Baja afluencia en mercado de tlacolula

Redacción Oaxaca Político / El Imparcial de Oaxaca.- Cada diciembre, el arribo de visitantes representa un repunte de venta de carnes asadas para las y los tablajeros del mercado municipal Martín González, en el municipio de Tlacolula de Matamoros. Sin embargo, en esta ocasión la afluencia aún es muy baja, cuenta Brenda Karen Vásquez Antonio, una de las locatarias de la galera de la unión que integran unos 36 comerciantes.

“La venta decembrina es lo más fuerte para nosotros en todo el año porque vienen muchas personas a visitar a sus familiares, pero ahora está un poco baja la venta, a como hemos esperado”, explica.

Para la carnicera, falta promoción turística de parte de las autoridades locales, además de que debido al aumento en los precios de las carnes o reses que consiguen en el mercado local también ha impactado en la demanda de los consumidores locales y visitantes. Esto a pesar de que del total de integrantes de la unión sólo algunos laboran entre semana y los domingos aproximadamente 20.

“En cuestión del ganado, está subiendo el precio. Ha afectado mucho la venta y además todos los insumos están más caros todavía porque hay lugares donde afecta el frío”, explica la locataria sobre un área que se ha vuelto una de las características o atractivos de este mercado.

Acompañar un kilogramo de tasajo que cuesta en promedio 260 pesos con algunas cebollitas cambray implica un mayor costo, detalla, pues hasta hace un año el manojo de las cebollas costaba 10 pesos y ahora es el doble. Para quienes compran la carne cruda, el precio también ha resultado algo elevado: “si antes se llevaban un kilo ahora se llevan tres cuartos o lo que sean 200 pesos”.

En la temporada de fiestas decembrinas, la esperanza de locatarias como Brenda recae en lo que consumirán las familias de la población, quienes acostumbran preparar en sus casas las carnes asadas y por eso compran tasajo, chorizo, suadero, carne molida y otros derivados como la panza o la tripa.

La carne que se vende en este mercado, explica Brenda, es producto local, pues las reses se compran en comunidades cercanas o en los baratillos, incluso en otras regiones cuando la oferta baja en los Valles Centrales debido a la falta de pastura.

El trueque, tradición que se va perdiendo

En este mercado, donde también se venden el pan de cazuela, la barbacoa, los chapulines y demás productos de la región como los chiles de agua o artesanías, la práctica del trueque (o intercambio de mercancías) era algo habitual. Pero al menos en los últimos cinco años se ha ido perdiendo, señala Brenda sobre una práctica que escasamente se puede ver los domingos, día de tianguis.

En otros días, dice, es en menor frecuencia. Ella solía ser parte de esta práctica, pues a su local llegaban personas que cambiaban el frijol cultivado en sus campos. Sin embargo, el cambio en el valor de los productos complica el trueque. Si antes el kilo de frijoles se equiparaba con un cuarto de tasajo, ahora es por menos de 200 gramos, lo que desalienta a quienes quieren obtener la carne.

GPP

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