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   En opinión de Pave Soberanes  
 Cien Días, Cien Acciones  

homopolíticus

  • Desacostumbrada Forma de Gobernar

Setentaidós meses continuos Morelos no tuvo gobierno.

Incapaz de gobernarse a sí mismo, Cuauhtémoc Blanco hundió a Morelos —con apenas cien mil personas más que la alcaldía Iztapalapa— no en la mediocridad, sino más abajo.

Mediocridad se refiere a calidad media, pero instalar en ese nivel al peladito de Tlatilco sería premiar la ignorancia, vulgaridad y trivialidad —y corrupción— con que se facilitó no sólo el incremento sustancial de la actividad delincuencial, sino que se estacionara en territorio morelense con una producción casi industrial que provocó tantos muertos como la Influenza en la Revolución del sur, como asegura el historiador Javier Garciadiego, de El Colegio de México —«La Revolución Mexicana duró más que las dos guerras mundiales juntas»—.

Pero en seis años, el cuauhtemismo incumplió la garantía constitucional de morir de forma natural —lo que debía ser objeto de pena corporal—, con tantos asesinatos como en La Decena Trágica de 1913 en la Ciudad de México.

Es posible que las occisiones sean cuantitativamente como las camisetas y balones autografiados por el ídolo de Tepito, el barrio bravo —y bajo— que hoy representa en la honorabilísima Cámara de Diputados.

Sin despedirse para evitar el repudio social, el señor Blanco huyó de Morelos con varias denuncias políticas, civiles y penales, aún vigentes cuando concluya su arraigo domiciliar en la Cámara de Diputados, dejando a Morelos en el último lugar en gobernabilidad y gobernanza, diferente una de la otra.

Si el gobierno de turno realizara un ejercicio titulado, no sé, Cien Días, Cien Acciones, encontraría que las encuestas de octubre y noviembre, y la de cierre de año, coinciden con que a las familias de Morelos se les está desacostumbrando de la pereza gubernativa —y mental— de no hacer nada Cuauhtémoc que no haya sido sólo hacer declaraciones que provocaban risas y burlas de sus desiguales.

El miércoles ocho de enero se cumplen 100 días de Margarita González-Saravia en la silla embrujada de Palacio de Gobierno, que parece exorcizó a tiempo. Dos días después de que lleguen los tres reyes magos, que no eran tres ni reyes ni magos, es buena fecha para enviar un mensaje político a las familias de Morelos, de refrendo de compromisos. ¿Qué día descansa la gobernadora de Morelos? En tres meses —el tercero corriendo—, ha hecho más que su antecesor en seis años.

De acuerdo, decir que «falta mucho por hacer» sería un sinsentido cuauhtemista irrisorio. Mejor dicho, es que «apenas vamos empezando», poniendo orden particularmente en el cumplimiento de los afanes sociales, incluido el de la paz social y la convivencia pacífica, el de la unidad política dentro de la diversidad, con vocación de servicio y voluntad política grupales, como cimientos de la construcción de un liderazgo sólido.

La evaluación de los gobernadores en el cierre de 2024, cuya aprobación de la encuestadora FactoMétrica abarcó la calificación de Trabajo en general, Combate a la inseguridad y Transparencia y combate a la corrupción, González-Saravia escaló al sexto lugar nacional, con 70 por ciento de aprobación. Aún pagado —¿con qué ojos?—, el ejercicio de la casa encuestadora es creíble. La gente lo dice hasta en misa dominical.

Pese a los obstáculos naturales y políticos —y criminales—, sin duda, es un buen comienzo de cierre de año, e inicio de sexenio. La Bellis perennis no es de esas flores ornamentales que se abren y marchitan el mismo día, como la Flor de un día.

letraschiquitas

Por ser días de guardar —en realidad hay que ir por los tejocotes, sacar la olla de barro y prender el carbón de encino—, homopolíticus volverá a publicarse el jueves 2 de enero, «o antes, si es necesario», como estiló Jacobo Zabludovsky. Entre tanto, que la espiritual conmemoración del Nacimiento del Hijo de Celeste María y del carpintero de Belén, su Pater Putativus [P.P.], y el precavido tránsito alegre del Año Viejo al Año Nuevo que suma 9, el número de Jesucristo, ni más ni menos, traiga a todos, porque todos las necesitamos, Buenaventura y Bienaventuranza. ¡Abrazo!

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