En el marco de una sociedad británica cambiante, en la que el apoyo a la monarquía ha disminuido y donde hay cuestionamientos al privilegio y la riqueza de la corona.
Redacción MX Político.- Cuando han transcurrido casi 70 años de que su madre, Isabel II de Inglaterra, encabezó el mismo acto, donde fue “entronizada” siendo casi una adolescente, para encabezar después uno de los períodos más longevos de reinado en el que le dio a Reino Unido un largo período de estabilidad y coexistencia pacífica, hoy Carlos III, el hijo de Isabel II, fue objeto del mimso acto de coronación, para ser nombrado en lo sucesivo, ‘Carlos III’, monarca de Reino Unido.
Fue la fastuosa tiara de San Eduardo, que data del siglo XVII, al igual que el viejo sillón de roble que materializa el trono, originario de aquella época y que son ambas joyas propiedad de la familia real, las que se usaron para escenificar este acto solemne para la vida de aquella nación del occidente europeo, pero con presencia en todos los continentes del mundo.
“Dios salve al rey”, le gritaron desde la Abadía de Westminster, al primer monarca en la historia de Reiuno Unido que asistió presencialmente en su juventud a recibir instrucción académica hasta la Universidad. No fue el caso de su madre, la reina Isabel II, quien tuvo que recibir la instrucción a domicilio por los mejores educadores británicos.
Fue el arzobispo de Canterbury quien coronó al rey Carlos III en una lujosa ceremonia de coronación en Londres este sábado 6 de mayo, En el marco de una sociedad británica cambiante, en la que el apoyo a la monarquía ha disminuido y donde hay cuestionamientos al privilegio y la riqueza de la corona.
El rey, quien sucedió a su madre Isabel II cuando ella murió en septiembre de 2022, recibió anteriormente una serie de insignias históricas, desde orbes dorados y espadas enjoyadas hasta un cetro que sostenía el diamante tallado incoloro más grande del mundo.
Al rey se le entregó el orbe del soberano, que simboliza el mundo; el cetro con cruz, que representa el mundo cristiano; y el cetro de la paloma, símbolo del papel espiritual del monarca.
Ataviado con una capa dorada, el primado de la iglesia de Inglaterra le entregó al rey el guante blanco del poder.
Por último, cabe destacar que la corona de San Eduardo, colocada en la cabeza del nuevo monarca, es hecha en oro y decorada con rubíes, amatistas, zafiros, granate y topacios, la única vez en su vida que el monarca la llevará.
Antes, el monarca fue ungido con aceite consagrado por el arzobispo de Canterbury, el rito religioso más solemne de la liturgia de la coronación, que requiere que el monarca esté temporalmente oculto al público.
hch
