El asesinato de Ricardo Taja, aspirante a la alcaldía de Acapulco, ha exacerbado las tensiones entre la familia Salgado y la actual alcaldesa Abelina López.
Este trágico suceso también ha encendido las alarmas en Palacio Nacional, donde temen que el año 2024 pueda estar marcado por niveles elevados de violencia política en diversas partes del país.
Ricardo Taja, quien saltó del PRI a Morena, fue asesinado a tiros en Acapulco Diamante. Su candidatura, respaldada por el entorno de la gobernadora Evelyn Salgado, buscaba suceder a Abelina en las elecciones del próximo año, generando así una disputa interna que dejaba a la actual alcaldesa sin posibilidad de reelección.
Taja enfrentaba denuncias en la justicia electoral por violencia política, alegaciones que la alcaldesa hizo públicas, acusándolo además de tener vínculos con el narcotráfico.
La familia de Taja, con intereses en el sector de la construcción, ha estado inmersa en la contienda interna de Morena, donde su hermano respaldaba a Adán Augusto López Hernández para la candidatura presidencial. Las semanas previas al trágico suceso, Taja había iniciado conversaciones con Mario Delgado, presidente de Morena, con el objetivo de consolidar su camino hacia la candidatura.
En paralelo, Eviel Pérez Magaña, otro ex priista de relevancia en Acapulco, ha estado organizando las giras de Claudia Sheinbaum en la ciudad, añadiendo más capas a la compleja trama política.
El epicentro del conflicto político radica en la intentona de la familia Salgado por expulsar a Abelina y su grupo, afines a Marcelo Ebrard, de Acapulco
