En opinión de Pave Soberanes
Defensora del Fiscal
homopolíticus
· Brota en Morelos la Corrupción
A la muerte en 2022 de su excompañera Gabriela Marín, once diputados de Morelos —de los cuales cuatro son reincidentes de cargo— tocaron las puertas de Palacio Nacional, en busca de justicia.
En realidad, querían la cabeza del gobernador como trofeo de guerra. «Denme primero la cabeza del fiscal y yo les entrego después la del gobernador», retó Adán Augusto López, secretario de Gobernación.
Diputados a la Legislatura 55, Paola Cruz, Macrina Vallejo y Alejandro Martínez de MORENA, Ángel Adame y Óscar Cano del PAN, así como Luz Dary Quevedo y Julio César Solís de MC, Agustín Alonso de NA y Alberto Sánchez del PRI —y los reincidentes son Tania Valentina Rodríguez [PT], Francisco Sánchez [PAN], Alberto Sánchez [PRI] y Luz Dary Quevedo [MC]—, pidieron audiencia con el inquilino de Palacio Nacional, quien se negó a atenderlos.
Los diputados, todos vestidos de negro, se regresaron como llegaron: con las manos vacías. Y hasta regañados. La diputada Rodríguez fue enfática en su defensa al fiscal Uriel Carmona. El secretario López les insinuó si Rabindranath Salazar los había enviado a golpetear a Cuauhtémoc Blanco, lo que negaron. Eso contó a sus cercanos uno de los diputados asistentes.
A la tres veces diputada sin votos la persiguen los escándalos, desde que sacó del PT a Rigoberto Lorence, un viejo luchador social él sí de izquierda, y honesto. Ahora se dice perseguida política, y tal vez tenga razón, pero lo político se aprovecha de lo judicial. La Fiscalía general de la República aguarda su posible desafuero, para capturarla. A nivel estatal se le investiga por ser causa de corrupción. En todas las oportunidades ha sido presidenta de la Comisión del Trabajo, sacando provecho de todo proceso de jubilación, casi siempre ilegal. En su entorno laboral más cercano saben muy bien de esos procesos fuera de la ley, porque son beneficiarios.
La actual legislatura, la 56, está decidida a destituir al presidente del poder judicial, al fiscal general, al fiscal anticorrupción, al auditor cameral y a la diputada Rodríguez —«[Alberto Anaya] la quiere como una hija»—, todos causa de corrupción, con propósitos de recomposición del sistema judicial con los cuatro primeros y sanear la forma de hacer política —si la lealtad no es de ida y vuelta, no lo es— construyendo alianzas y acuerdos cristalinos y luminosos, no en lo oscurito.
Las peores formas del reparto del poder nunca traen cosas buenas. No hay vicios públicos que sean virtudes privadas, y viceversa. El brazo de la ley siempre es más largo.
letraschiquitas
Sentenciado García Luna a 38 años de cárcel por narcotráfico y delincuencia organizada —además de la multa por dos millones de dólares—, por la misma Corte y el mismo juez que condenó al Chapo Guzmán y que va ahora por el Mayo Zambada***. El ministro de las divisas frescas per cápita, Víctor Sánchez, habló con inconformes locatarios del mercado central de Cuernavaca, donde Cuauhtémoc Blanco gastó 32 millones de pesos, aunque la factura diga 100, en arreglos estructurales, dejando la obra inconclusa y abandonada***. Corrupción también encontraría Javier Bolaños, comisionado del hidrógeno y oxígeno, si empezara a revisar las licitaciones que hizo, acaso sin gratuidad, su antecesor Jaime Juárez, para el año venidero.