Detienen a Mauro Armando «N», el presunto feminicida de la enfermera veracruzana

Redacción MX Político.- Este martes por la noche, la Fiscalía General del Estado de Veracruz informó que fue detenido Mauro Armando «N» por su probable participación en los hechos ocurridos el pasado 22 de abril, cuando fue encontrada sin vida la enfermera de 37 años de edad, Yaraseth Zepeta García en su domicilio ubicado en el municipio de Xalapa, en Veracruz.

Fueron elementos ministeriales quienes realizaron actos de investigación y trabajo de campo relacionados con eventos de alto impacto recientemente sucedidos en Xalapa, por lo que se realizó la detención de Mauro Armando «N», quien fue puesto a disposición del Fiscal correspondiente y ahora, la Fiscalía Especializada en Investigación de Delitos de Violencia Contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y Trata de Personas, desahoga las diligencias pertinentes para así determinar su probable responsabilidad penal en la muerte de Yaraseth.

En este contexto, cabe recordar que fue este pasado lunes cuando la dependencia dio a conocer que se localizó el vehículo de Yaraseth Zepeta: “El automóvil propiedad de la víctima, que le fue sustraído, ha sido localizado y se encuentra siendo procesado por peritos especializados” se lee en el tuit. Por otro lado se informó que el Fiscal General ha designado a un grupo especial de fiscales, peritos y policías ministeriales para darle seguimiento al caso y procurar justicia.

Yaraseth era enfermera y ya había denunciado robo en su domicilio

El pasado sábado 22 de abril, Yaraseth Zepeta fue encontrada sin vida al interior de su vivienda con signos de violencia. De acuerdo con medios locales, se desempeñaba como enfermera en el Centro Estatal de Cancerología y era originaria de Papantla, pero residía en Xalapa. El día de su muerte, algunos testigos refirieron haber escuchado gritos de su hogar, con los que pedía auxilio.

A pesar de que algunas versiones periodísticas refieren que Yaraseth no vivía una situación de violencia, hace siete meses denunció que ingresaron a su domicilio. Pero fue el 22 de abril cuando regresaba de cumplir con su jornada nocturna, cuando ocurrieron los hechos y su automóvil fue localizado a dos cuadras de donde se perpetró el atroz crimen, por lo que fue resguardado por las autoridades.

Desde entonces, sus familiares y amigos exigen justicia por su muerte y al día siguiente de su asesinato, sus compañeros de trabajo, entre ellos, enfermas y médicos, marcharon con destino a la Plaza Lerdo, frente al Palacio de Gobierno para llamar la atención de las autoridades y que el caso no quede impune mediante consignas como «¡No estamos todas, nos falta Yara!».

jpob

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