En la borrachera de poder, perderá Monreal  
 [Dominical] Galaxia Política / En opinión de Jesús Michel Narváez  

• En la borrachera de poder, perderá Monreal
• En política no se olvidan los agravios de 2018
• ¿Crecerá el diferendo con Adán Augusto?…

POR JESÚS MICHEL NARVÁEZ

En política jamás se olvidan los agravios. 

El (o la) que posee el poder, si actúa con sensatez ya no con tanta inteligencia, cobrará aquellos que se guardaron en la USB y se conectó en la línea directa que despierta de plácido sueño para enterarse que llegó el primer abono con todo e intereses.

En el cerebro de dos personajes que comparen el poder, el expresidente y la sucesora, no se borra la “ofensa” cometida por Ricardo Monreal en 2018, cuando desconoció la victoria de la encuesta que se realizó para nominar candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

En su irritación llegó a lanzar la amenaza de “abandonar el movimiento del que soy fundador”, que no impactó como deseaba. De consuelo, le reglaron un escaño en el Senado y, después de largas chalas con el que despacharía posteriormente en Palacio Nacional, obtuvo el “indulto” que lo hizo jefe político en la Cámara Alta.

Tejió desde el poder legislativo la imagen de negociador, pacificador, el buscador del diálogo, de estar un paso adelante del jefe de jefes y ofrecerle soluciones a los problemas que se presentaban con las oposiciones. Lo escuchaban y le daban luz verde para actuar.  La red que detuvo la caída, le permitió ser invitado a desayunar en Palacio Nacional y se le concedía difundir información sobre la “charla de amigos”.

Todo parecía ir sobre rieles sólidos, no como los del Tren Maya, hasta que vino el descarrilamiento y su ausencia y lejanía con el que fuera ¿o es? huésped temporal del virreinal inmueble, se hizo notoria y lo llevó a perder su hermandad para convertirse en “el primo lejano”.

Con la experiencia política que presume, no entendió las señales y desbordado por un ego en pocas ocasiones observado, decidió desatender los mensajes y se formó en la fila de las corcholatas a la que no pertenecía. Algo ocurrió que el cadenero lo dejó entrar al show.

Y él se la creyó. Afirmaba con pausada voz, pero enérgico tono, “yo estaré en la boleta presidencial”. Compitió y como en 2018, perdió.

Solicitó regresar a su escaño senatorial y su deseo fue concedido. 

Para la poseedora del bastón de no mando, no se olvidaba la afrenta de 6 años atrás.

Sin embargo, optó por no llegar al rompimiento -seguramente aconsejada por su mentor- y lo incorporó a la campaña presidencial, al igual que otro derrotado, Adán Augusto López, a quienes les otorgó el cargo de coordinadores políticos. 

Los “hermanos” del entonces jefe de la banda presidencial, obtuvieron premios. 

Se dudaba que Monreal fuera reelecto como senador y tuvo que conformarse con ser diputado y ser el pastor de los morenistas en San Lázaro. También se ponía en la lista de los “no probables” a Marcelo Ebrard. Al exgobernador de Tabasco le correspondía, en cumplimiento de la promesa efectuada, ser coordinador de los senadores, aunque Gerardo Fernández Noroña reclamaba el puesto por haber quedado en tercer lugar en la encuesta y para calmar las aguas, le regalaron la presidencia de la Mesa Directiva del primer año de la nueva legislatura.

Todo lo anterior para poner en contexto el frontal choque entre Monreal y Hernández. Todo por dinero, que parece ser el dios de ambos.

METEORITOS

Poco después de haberse aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación, la relación entre los coordinadores parlamentarios de Morena, estalló.

Insistimos: todo por dinero.

En palabras de Adán Augusto López Hernández, los diputados recortaron el presupuesto del Senado en 123 millones de pesos.

Lo que produjo una reacción que podría calificarse de políticamente incorrecta, la que respondió Ricardo Monreal Ávila con “severidad” y desveló cómo se ha escondido un fideicomiso que cuenta con más mil millones de pesos. Además, confirmó que se le aprobaron 150, que representa el 3 por ciento de incremento

De entrada, el diputado oxigenó haber hablando con el senador que pidió 100 millones “y con eso salgo”. Y en la misma charla, le informó de la existencia del fideicomiso. Lo dijo así: «Recordamos el fideicomiso que dispone el Senado por más de mil millones de pesos que desde la construcción del edificio están a disposición y yo no dispuse. Ese es el origen de los infundios y falsedades».

La afirmación obedeció al anuncio de López, quien en contrarréplica hizo público ante el pleno que se abrirían denuncias por contratos irregulares de dos «negocitos añejos» de mantenimiento de elevadores y de administración de archivos

Para que no queden dudas del grave diferendo, el senador expresó que se encargaría de «limpiar de cualquier sospecha de corrupción al Senado» y que iniciaron el proceso para rescindir «dos negocitos añejos».

«Y no nada más iniciamos ya el proceso de rescisión de esos contratos, sino que hemos pedido al director de asuntos jurídicos que presente las denuncias correspondientes».

BRILLA EL SOL

La existencia del fidecomiso -por las palabras de Monreal debe haberse constituido entre 2012 y 2018- revela que la austeridad republicana no lo tomó en cuenta cuando decidió extinguir 109.

¿Por qué el enfrentamiento?

¡Por dinero!

¿Es una lucha de poder personal entre ambos congresistas?

Sin duda.

El senador se ha convertido en el operador político del que ¿se fue? y de la sucesora. Y los resultados están a la vista. Las iniciativas enviadas por el jefe de jefes -sigue siéndolo- fueron aprobadas por las maniobras ejercidas por el “hermano” del expresidente y le han dado a la presidenta las herramientas para concentrar inmenso poder que no tuvo su mentor.

Y el zacatecano impuso reajustes no pedidos y puso en riesgo la relación con las universidades que no gustó a la nueva propietaria temporal de Palacio Nacional que, como exactivista, sabe el poder de los estudiantes.

CHOQUE DE METEOROS

Salvo que el poblador de Palenque y la sucesora pongan orden y eviten que la confrontación crezca y ambos, sobre todo el zacatecano, se vean obligados a solicitar licencia, el enfrentamiento viola las reglas de la “urbanidad legislativa” y perturba el futuro del poseedor del poder omnímodo. Saludable para Monreal sería dejar el ego en un cajón, cuando menos unos meses.

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