En opinión de Jesús Michel Narváez
El caudillo oculto en…
Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
¿Se fue a Palenque?
Desde hace tres meses, se sospechaba que Andrés Manuel López seguía en Palacio Nacional y por ello la presidenta Sheinbaum mantenía su departamento, en donde presuntamente paga renta.
Eran sospechas.
Sin embargo, el expresidente Ernesto Zedillo desveló el misterio con una afirmación demoledora: (…) México requiere de una mandataria que gobierne con autoridad y no de una autocracia ejercida por un caudillo oculto en una oficina anexa a la presidencia de República”.
¡Recórcholis!
Durante su participación en el Seminario Perspectivas Económicas 2025, organizado por el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), el hombre que acuñó la palabra “globalifóbicos” en el Foro Económico de Davos, abandonó el silencio que mantuvo durante dos décadas y, con sobriedad, conocimiento y valor ciudadano, puso sobre la mesa de las discusiones lo que es de dominio público:
“Los mexicanos necesitamos una presidenta que gobierne con mucha autoridad un país democrático, con mucho poder, con las reglas de la democracia”, estableció en su ponencia.
“Eso es lo que necesitamos los mexicanos y no necesitamos un país que sea una autocracia de partido hegemónico, donde el poder real e inmenso lo ejerza un caudillo instalado oculto en la oficina anexa a la Presidencia de la República”.
El director del Programa para el Estudio de la Globalización de la Universidad de Yale, no improvisa. Habla de corrido. Tiene entonación, Sabe leer.
“Queremos una presidenta que de verdad mande conforme a las facultades constitucionales, pero que mande conforme a las reglas de una República democrática”, precisó.
Un dato que los analistas hemos examinado desde siempre: la revocación de mandato es la espada de AMLO pendiendo sobre el centro de la cabeza de la presidenta y podría desprenderse con la consulta.
El tema lo abordó el expresidente con precisión: “La revocación de mandato es una píldora de cianuro dejada en la Constitución, por lo que se requiere que la presidenta de la República la elimine”.
Pronostica lo pronosticable: a la consulta popular que habrá de celebrarse en 2017, cuando se celebren las elecciones federales, el que no se ha ido propuso y sus lacayos lo aprobaron, la reducción del porcentaje de la lista nominal del padrón electoral federal, de 40 a 30 por ciento “para que sea vinculatoria y los ciudadanos acudan a las urnas”, habría dicho en su momento. Y la movilización del “pueblo bueno” pone en riesgo el mandato de la presidenta.
Zedillo no descubrió el hilo negro, pero sí el escondite del falso mesías que, juró en vano por supuesto, que terminando su mandato se jubilaría y cancelaría sus cuentas en redes sociales y no recibiría ni a sus amigos. “Regresaré a Palacio cuando la presidenta me lo ordene”, respondió cuando le preguntaron los periodistas “a modo”.
“Hasta hace poco, México se postulaba a ser un país democrático y en el que la supremacía del Estado de Derecho estaba bien estipulada en la Constitución”, afirma el exmandatario quien añade: “y tener ese punto de apoyo de llamarnos un país democrático, de llamarnos así con la verdad y los hechos, así como reclamar la importancia del Estado de Derecho y mostrar que estábamos haciendo las cosas que nuestro propio interés dicta para sacar adelante la economía de México debe ser la gran carta a jugar en la lucha por la defensa ante una posible destrucción del orden internacional”, indicó Zedillo.
“Hoy me preocupa mucho que, en unos cuantos meses, México parece que ha perdido la categoría de ser un país democrático, que al menos en principio cree y trata de aplicar el Estado de Derecho”, apunta.
La no ponencia no tiene desperdicio. Sólida, sin agresiones, con elementos de juicio difícilmente rebatibles.
Mañana domingo, ante la multitud que acudirá voluntariamente al “festejo de los 100 días de gobierno”, se escucharán los ataques, los desmentidos, surgirá el recuerdo del Fobaproa, de la reforma judicial que modificó el estatus de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, por supuesto, la “privatización de los ferrocarriles” a una empresa en la “es empleado” -así lo decía el que no se ha ido- y se insistirá que su declarado neoliberalismo. El endeudamiento del gobierno del señor López representa 7 fobaproas, han afirmado los analistas financieros.
Recomiendo leer la ponencia que se encuentra en el portal del ITAM.
Colofón: saber que Andrés Manuel López sigue en Palacio Nacional, confirma su deseo de ser el Porfirio Díaz del Siglo XXI y todo coincide con el actuar de la presidenta que, sacrificando su talento de científica, obedece a ciegas las órdenes de su mentor.
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