En opinión de Pave Soberanes
El Indiciado / Tercera parte y última
homopolíticus
· Policías Servían… ¡de Niñeras!
La ausencia de uno de sus más bravos soldados hizo ayer que la República estuviera incompleta, acaso por una decisión de sapiencia política. En Palacio Nacional nadie preguntó por el asunto Cuauhtémoc, que debía ser también un escándalo al interior de MORENA y del segundo piso de la Transformación cuatro estrellas.
El diputado federal sin votos por la Ciudad de México —su suplente es el actual dirigente Sebastián Ramírez, que podría asumir el cargo— no se presentó ayer a San Lázaro, por temor a no saber qué y cómo responder a los reporteros, ni cómo burlar las miradas que aprisionan de sus iguales —¿iguales?— de Cámara.
El sábado 12, sobre la filtración institucional del ataque a la hermana NFBF de Cuauhtémoc Blanco, ocurrido según en 2019 en la residencia oficial del poder Ejecutivo, la gobernadora Margarita González-Saravia se reservó su opinión, en tanto no tenga mayores elementos. Dijo: «Eso […] lo voy a hablar después, ya que haya corrido esa denuncia. Hay que esperar».
La necesaria pregunta no podía ser distinta, como obvia la respuesta. En esas 15 palabras —su declaración fue más amplia— Bellis perennis dio una lección personal e institucional de política contra quien la maltrató junto a socios y aliados en la campaña electoral, alegóricamente con un golpe con la palma de la mano ideológica en el rostro accidentado de Águila que desciende.
La hermana agnada lleva cuatro días silente, las mismas largas 96 horas de agonía de su atacante —los sabadazos empiezan los viernes y terminan los lunes—, si las fojas de Ministerio Público funda hechos aún por comprobar, como ha dejado claro El Indiciado capitulado. El zar anticrimen tampoco ha aparecido por ahí para propiciar la entrevista. Tal vez sea hoy, tras no decirse nada en la conferencia a medios del salón de la Tesorería ni en la Cámara de Diputados, cuando los protagonistas dejen lo bonito que son calladitos.
Si pasa un día más, va a parecer chisme de lavadero y quien le apuesta al tiempo y a la desmemoria va a ganar, y si además dice que se trata de una venganza personal o de un acto por dinero. ¿Qué hizo don Fortino Blanco a su hijo, para que se desquite con su hija? Ese es el problema del silencio: los vacíos que tienen que llenarse con lecturas nada distantes de la realidad. —¿Quién chingados dice eso?, preguntó un día el peladito de Tlatilco, sin saber que él era mensaje y mensajero.
Debía Ramírez Mendoza ir enviando su traje a la tintorería, por si acaso. El bravo soldado aquel —«Acá está papá […] no les tengo miedo», retó a los diputados Pancho Sánchez y Agustín Alonso chico—, como un acto de congruencia, debía solicitar licencia para separarse de su cargo para enfrentar con bizarría la denuncia en su contra, so riesgo de perder la protección constitucional y hasta la libertad.
letraschiquitas
Ya no parte de novedades, sino estrategia con prospectiva, en el Desayuno de Seguridad de ayer en Tepoztlán hubo café y pan dulce, jugos y fruta picada, tlaxcales prehispánicos de elote tierno y gorditas de chales, tras los solemnes honores a la Bandera Nacional***. Autoridad por haber sido procurador de Justicia, José Luis Urióstegui —próxima adquisición del margarismo—, dijo con ganancia política que la desinformación de la Fiscalía de Uriel Carmona impide eficacia y eficiencia en materia de seguridad pública***. El jefe Urrutia, Miguel Ángel Urrutia, contó 130 agentes policiales que funcionarios, amigos y familiares de Cuauhtémoc Blanco traían como choferes, ayudantes y niñeras, en perjuicio de la seguridad de las familias de Morelos, lo que debe ser penalizado***. Ante la justa solicitud de desafuero en su contra, la reincidente diputada del PT, Tania Valentina Rodríguez, se dijo víctima de persecución política, porque es mujer. «Ya no sé si reírme o enojarme», les dijo a reporteros, «se los digo con toda honestidad». Honesta, honesta, lo que se dice honesta, no es.