En opinión de Emilio Trinidad
El México de los agachados
Frente a mi Teclado
Emilio Trinidad Zaldívar
Somos los caídos. Los ausentes. Los doblegados. Los conformistas. Los silenciados.
Los que viendo a diario injusticias, impunidad, masacres, asesinatos, abusos, engaños, falsedades, corrupción, dispendio, autoritarismo, división y confrontación provocados por nuestro gobierno, guardamos silencio. No actuamos.
Sólo nos quejamos y señalamos en encuentros de café los peligros del terrible y errático rumbo de México, pero permanecemos distantes de la acción, de la explosión social, del rompimiento de tantas cadenas de mentiras.
Impávidos y temerosos, observamos la tragedia mexicana en manos de un tirano que tras de una delgada y transparente cortina, mueve los hilos del gobierno federal a sus anchas, convencido de que -porque él la puso ahí-, él la dirige, le ordena, la controla y la puede quitar.
Ella no es títere pero parece; ella sí está preparada pero no lo demuestra; ella tiene historia académica y laboral que la respaldan, pero al ceder terreno, renuncia a controlar lo que en sus hombros depositaron, pesa y descansa.
Claudia Sheinbaum, para muchos, camina ignorada y sola. Su equipo, el de ella, lo forman Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana; Luz Elena González, secretaria de Energía; Altagracia Gómez, coordinadora del Consejo Asesor Empresarial y Ernestina Godoy, Coordinadora Jurídica de la Presidencia.
Con ellos cuatro, no va a poder sacudirse a marrulleros y muy corridos funcionarios públicos como Marcelo Ebrard, secretario de Economía; Adán Augusto López Hernández, líder de la fracción parlamentaria de Morena en el Senado; Martí Batres, director general del ISSSTE; Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva del Senado, y Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, por citar solo a algunos de los muchos que la tienen cercada y la desprecian.
La ex jefa de Gobierno pelea batallas que no son suyas, como la de querer -por la necedad, tozudez y locura de López Obrador- ponerse de tú a tú con Donald Trump.
De la misma forma, hizo suyo el despropósito de apoyar al espurio de Nicolás Maduro, que se volvió a robar la Presidencia de Venezuela y a quien el rubio empresario y futuro presidente, pretende cazar y detener a partir del 20 de enero.
A Claudia Sheinbaum le van a explotar los fracasos de la Refinería Dos Bocas, del Tren Maya, de Mexicana de Aviación, de Segalmex, de la Mega Farmacia y del AIFA.
Por recomendación, sugerencia o instrucción del tabasqueño, Sheinbaum Pardo está provocando al misógino, arrogante y racista presidente electo de Estados Unidos, que odia a los hispanos que votaron por él.
No vamos bien y ella lo sabe, pero sigue un guión que a diario le dictan desde las tinieblas que rodean al monstruoso y perverso ex presidente. Ese guión no es suyo pero difícilmente se lo va a sacudir. Quizás nunca pueda hacerlo.
Y mientras tanto, pasivos, ajenos a tanto error, saqueo y burla, esperamos que un milagro nos alcance.
Nos hacen falta líderes sociales respetables que nos sacudan las conciencias, y a nosotros como mexicanos, nos falta pasión, valor, convicción, decisión para unirnos y luchar por la recuperación de una nación que desde hace décadas se convirtió en botín de privilegiados, que usando el poder, llenaron sus arcas personales y olvidaron que estaban para servir y resolver.