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   En opinión de Edgar González Martínez  
 El Presupuesto de Ingresos y Egresos de 2025, presenta señales positivas: BBVA México  

LOS CAPITALES

Por EDGAR GONZALEZ MARTINEZ

El Presupuesto de Ingresos y Egresos de 2025, presenta señales positivas, como el anuncio de una próxima reforma fiscal, la previsión (muy positiva) de un crecimiento económico en un rango de 2.0 y 3.0%, mejoras en el tipo de cambio peso-dólar, menores tasas de inflación y unas tazas bancarias a la baja. Así lo estima el BBVA Research México, con supuestos de crecimiento anclados en:

i) demanda interna, considerado el principal motor del dinamismo económico, e impulsada por una política salarial orientada a fomentar el consumo;

ii) inversión, tanto pública como privada; positivo que destaquen que la inversión pública se enfoca en fortalecer la infraestructura de comunicaciones, y que mencionen explícitamente que habrá inversión privada en infraestructura;

iii) y expectativas positivas de crecimiento económico y de producción industrial en Estados Unidos, que actuarán como motor para el sector manufacturero mexicano. No obstante, un factor crítico que estos supuestos parecen omitir son las políticas económicas de Estados Unidos en temas comerciales y migratorios ante el cambio de gobierno, las cuales podrían obstaculizar su cumplimiento. Aunque estos riesgos se mencionan como posibles amenazas, su posible impacto podría explicar por qué las estimaciones de la SHCP difieren del consenso.

La institución bancaria señala que los pronósticos de inflación (3.5%) y tasas de interés (tasa monetaria en 8.00% a fin de año) están en línea con nuestras estimaciones. Se pronostica que el tipo de cambio se recupere hasta niveles de 18.50ppd al cierre del año (un supuesto optimista frente a nuestro pronóstico de 20.7ppd y el del consenso de 20.2ppd).

La venta del petróleo de exportación para la mezcla mexicana podría ser, en términos conservadores, de 57.8 dpb, y se anticipa que la plataforma de producción de petróleo ascienda a 1,891 mbd para 2025; una estimación -dice el BBVA México- difícilmente alcanzable sin una mayor contribución de los nuevos campos petroleros y nuevas inversiones de Pemex. No obstante, se prevé un balance superavitario de PEMEX de 0.7% de PIB. Cabe señalar que hay un apoyo explícito a Pemex de 136 mil millones de pesos, unos 6.6 mil millones de dólares. Esto es positivo ya que dará certeza a los mercados de que no habrá problema para que Pemex pueda cumplir con los vencimientos de deuda para el año próximo. Sin embargo, de no llevarse a cabo un cambio profundo en el modelo de negocios de la empresa, ésta seguirá restando espacio fiscal al gobierno en los próximos años.

La institución bancaria señala que el gobierno adopta una estrategia de gradualidad (dos años) en la reducción del déficit; consolidación fiscal de dos puntos porcentuales en 2025. Creemos que hay espacio para esta estrategia gradual que reducirá el impacto negativo de la consolidación fiscal sobre la demanda agregada. Además, se prevé un superávit primario de 0.6% del PIB en 2025 (vs el déficit de 1.4% de este año) y que el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) pasen de -5.9% del PIB en 2024 a -3.9% en 2025 (con una meta de déficit público tradicional en 3.2% del PIB). También se estima que la deuda pública, se mantendrá constante en 2025 en un nivel de 51.4% del PIB.

No obstante, con cálculos propios del BBVA, utilizando nuestros supuestos macro, prevemos el déficit público tradicional se ubicaría en 3.5% el próximo año, y con un crecimiento de 1.0%, la deuda pública del saldo histórico de los RFSP aumentaría a 52.9% del PIB, salvo que el gobierno decida acomodar la menor recaudación con mayores reducciones al gasto, lo cual supondría retos importantes. A partir de 2026, se prevén el RFSP de -2.9% del PIB en promedio, cifras que permitirían que el SHRFSP permanezca constante en 51.4% del PIB por año.

Por supuesto, dicen los analistas de esa institución crediticia, ante los crecientes retos para las finanzas públicas en los próximos años sigue siendo necesario que este gobierno diseñe e implemente una reforma fiscal que aumente los ingresos tributarios. Pensamos que dicha reforma debe centrarse en la reducción de la informalidad y de la evasión fiscal.

Y destacan que el secretario de Hacienda, recientemente, en respuesta a un cuestionamiento de un legislador, sugirió que es probable que este gobierno implemente una reforma fiscal, lo cual es positivo: “hay total conciencia en el gobierno, en el más alto nivel, de cuál es la realidad de los recursos y esa pregunta la va a contestar la presidenta de la República, en el momento en el que lo considere oportuno, pero yo ahorita lo que les puedo asegurar es que hay conciencia”.

En efecto, el paquete económico 2025 se caracteriza por el inicio de un proceso gradual de consolidación fiscal. Un menor déficit fiscal promoverá una mayor estabilidad en el cociente de deuda pública a PIB en el futuro, pero el supuesto optimista de crecimiento económico nos hace prever que el déficit fiscal terminará siendo algo más alto que el presupuestado y que el (SHRFSP), sea de 52.9% del PIB, 1.5 puntos porcentuales (pp) más alto que el previsto por la SHCP. No obstante, la señal de gradualismo en el proceso de consolidación fiscal, sumada a la señal de que el gobierno se va a plantear pronto la implementación de una reforma fiscal son dos señales positivas. Es también positivo que se vuelva a tener un apoyo explícito para asegurar que Pemex podrá cumplir con sus obligaciones financieras en 2025.

Dicho esto -señala el BBVA México- en nuestra opinión habría sido más positivo plantear un déficit fiscal algo mayor (eg, Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) de -4.5% del PIB) con un supuesto más moderado de crecimiento económico. Ante la previsible fragilidad en las finanzas públicas en los próximos años por las presiones derivadas de los programas sociales, el continuo apoyo a Pemex, el deterioro de la infraestructura debido a la falta de mantenimiento, el costo financiero de la deuda y el pago de pensiones públicas, será necesario que el siguiente gobierno federal diseñe e implemente una reforma fiscal que aumente los ingresos tributarios. En este sentido, preocupa también la reducción en el presupuesto en los rubros de educación y salud, que son los que más pueden contribuir a mejorar el nivel de vida de la población en el largo plazo. La reforma fiscal es también necesaria para revertir estas reducciones, considerando el reducido espacio fiscal que ahora tiene el gobierno. La señal de que es un tema que ya se ha discutido y para el que se planean dar pasos es positiva. Sería aún más deseable que esta reforma fuera de gran calado, buscara reducir la informalidad y contemplara una mayor eficiencia en la ejecución del gasto público.

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