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Expresidente de Perú tenía planeado asilarse en la embajada de México

Todo estaba fríamente calculado. Según con la información que sigue saliendo minuto a minuto de este día intenso, todo parece indicar que las pretensiones de Pedro Castillo era llegar hasta la embajada de México.

Sobre todo, luego del estrepitoso fracaso que resultó su intento de cerrar el Congreso de la República y gobernar por medio de decretos.

Eso es lo que se puede resumir luego que Canal N diera a conocer el contenido del parte policial que se redactó tras la detención del ahora expresidente de la Nación.

 ¿Qué dice?

De acuerdo con el documento hecho público esta misma noche, el mayor PNP Luis Alarcón Trujillo, quien se desempeñaba como jefe de la escolta presidencial dio aviso al jefe de la División de Seguridad Presidencial y al jefe del departamento de Escolta de Seguridad Presidencia (PNP Walter Bryan Erick Ramos Gómez y comandante PNP Miguel Ángel Carpio Zúñiga, respectivamente) sobre un desplazamiento con dirección desconocida de Pedro Castillo.

De igual manera, se dio a conocer que la familia abordó los dos vehículos asignados por el Estado para su desplazamiento. En uno de ellos iban Castillo con esposa, Lilia Paredes, y su hija. Con ellos viajaba Aníbal Torres, extitular de la PCM.

 Cuando salieron de las inmediaciones de Palacio de Gobierno y estaban por el cruce de las avenidas Tacna y Nicolás de Piérola, el SS PNP Nilo Aladino Irigoin Chávez (seguridad personal de Castillo) le dio la orden de cambiar de rumbo y dirigirse a la embajada de México (ubicada en San Isidro) al chofer del vehículo, identificado como S1 PNP Josspeh Michael Grandez López. Entonces enrumbó hacia ese lugar, reza el documento

La llamada

Posteriormente, cuando todo hacía parecer que lograrían su cometido de llegar a la sede del país vecino, y siendo las 13:35, sonó el teléfono celular del efectivo Grandez López con una llamada urgente para él.

Se trataba del Director de Seguridad del Estado, General PNP Iván Lizzeti Salazar. Cuando contestó, este le dio la orden a su subordinado que “por orden superior se proceda con la intervención del señor José Pedro Castillo Terrones”.

¿La razón? Pues el recién vacado en ese momento se encontraba en flagrancia del presunto delito de rebelión, abuso de autoridad e infracción a la Constitución Peruana.

Tras la comunicación, se ordenó detener a la comitiva a cualquier costo, aunque no fue necesaria la violencia, felizmente.

Esta acción ocurrió en el cruce de la avenida Garcilaso de la Vega y avenida España, en el Centro de Lima. En ese mismo instante se procedió, por fin, a la intervención y detención de Pedro Castillo.

Como medida de seguridad, se le trasladó a la sede de la Región Policial Lima, ubicado en la avenida España 400, con la finalidad de realizar todas las diligencia “urgentes y necesarias” de ley.

Una vez en el interior de estas oficinas, el expremier Aníbal Torres, abogado identificado con el número del CAL 4531, señaló que él asumiría la defensa técnica de expresidente.

Por último, se informó que en el otro vehículo viajaba el otro hijo de Castillo y Paredes, pero que este continuó su ruta sin ningún problema.

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